Hay
pasajes de la historia que, aunque intrascendentes, dejan una honda huella en
las bellas artes. Así es el caso que hoy me ocupa: el plátano de Jerjes. En
primer lugar, me toca explicar que no hablo de un plátano de comer (Musa paradisiaca), llamada así el árbol
por la anchura de sus hojas, sino del plátano de sombra (Platanus acerifolia) que suele ser habitualísimo en nuestros
parques y jardines. Aclaro esto porque treinta y pico años de LOGSE y demás
leyes pueden hacer estragos y, si hablo del plátano de Jerjes, hay quien se me
puede ir por los cerros de Úbeda y encontrarse a Joaquín Sabina. Vamos pues al
plátano del que habla Heródoto en su libro VII, capítulo XXXI. Este libro está
dedicado a la musa Polimnia que era una cafetería en mi muy querido Marín.
Vamos con el texto:
XXXI. [1] ὡς δὲ ἐκ τῆς
Φρυγίης ἐσέβαλε ἐς τὴν Λυδίην, σχιζομένης τῆς ὁδοῦ καὶ τῆς μὲν ἐς ἀριστερὴν ἐπὶ
Καρίης φερούσης τῆς δὲ ἐς δεξιὴν ἐς Σάρδις, τῆι καὶ πορευομένωι διαβῆναι τὸν Μαίανδρον
ποταμὸν πᾶσα ἀνάγκη γίνεται καὶ ἰέναι παρὰ Καλλάτηβον πόλιν, ἐν τῆι ἄνδρες
δημιοεργοὶ μέλι ἐκ μυρίκης τε καὶ πυροῦ ποιεῦσι, ταύτην ἰὼν ὁ Ξέρξης τὴν ὁδὸν εὗρε
πλατάνιστον, τὴν κάλλεος εἵνεκα δωρησάμενος κόσμωι χρυσέωι καὶ μελεδωνῶι ἀθανάτωι
ἀνδρὶ ἐπιτρέψας δευτέρηι ἡμέρηι ἀπίκετο ἐς τῶν Λυδῶν τὸ ἄστυ.
Esta edición del
texto griego no recoge la iota suscrita, pero tampoco nos vamos a hacer mala
sangre por eso tal y como está el patio.
Vamos con su
traducción:
Cuando
abandonó la Frigia, entró en la Lidia en donde el camino se divide en dos, el
de la izquierda que lleva hacia la Caria y el de la derecha que tira hacia
Sardes; siguiendo por éste es forzoso pasar el río Meandro y llegar a la ciudad
de Calatebo en la que hay unos hombres que tienen por oficio hacer una miel
artificial sacada del tamariz y del trigo. Recorriendo Jerjes este camino,
encontró un plátano tan hermoso que, prendado de su belleza, le regaló un
collar de oro y le puso un miembro de sus Inmortales para que cuidara de él; y,
al día siguiente , llegó a la capital de la Lidia.
Hasta
aquí el texto de Heródoto del que hay que explicar algunas cosas. Jerjes se
encaminaba al encuentro de los griegos y, al ver este árbol, se paró a
descansar gustándole tanto la sombra que dejó a un soldado de su guardia
personal (los Inmortales) para que cuidara del árbol. Debía ser muy amena su
sombra y su copa ancha aunque, sin duda, no tan ancha como la del plátano del
que habla Plinio el Viejo bajo cuya copa se podían resguardar ochocientas
personas.
Bien, pasan los años y Nicolò Minato
escribe un libreto para una ópera de Francesco
Cavalli. Giovanni Bonocini usa también este libreto para su ópera sobre Jerjes y,
finalmente, el gran Haendel utiliza el libreto para su ópera sobre el rey de los
persas. Ya veis, un libreto para tres compositores. La de Haendel fue un
absoluto fracaso y se quedó cubierta por el polvo hasta que en el siglo XIX se
redescubre y una de sus piezas vocales
deviene en una de las más conocidas y
apreciadas del compositor alemán. En su origen estaba escrita para castrato,
pero, en la actualidad, la suelen cantar los contratenores y las mezzo -
sopranos. M e estoy refiriendo -¡cómo no!- a Ombra mai più cuya letra os copio:
Frondi
tenere e belle del
mio platano amato per
voi risplenda il fato. Tuoni,
lampi, e procelle non
v'oltraggino mai la cara pace, né
giunga a profanarvi austro rapace. Ombra
mai fu di
vegetabile, cara
ed amabile, soave
più. |
Frondas tiernas y
bellas
de una planta, |
La
letra es más simple que el asa de un cubo o el mecanismo de un yo-yo (dicho sea esto con
el mayor de los respetos), pero nos imaginamos a Jerjes reposando bajo la
sombra de tan “copudo” plátano mientras el Austro le enjuga el sudor.
Para los melómanos, deciros que está
escrita en Fa mayor , con un bemol por tanto, y que su relativa menor es el re menor. Su
compás es de ¾, consta de 52 compases y suele durar entre 3 y 4 minutos.
Creo que ahora, in questa hora, lo que nos falta es escucharla. Pues nada, a
Spotify y a pasar un buen rato.