EL MARQUÉS DE LOZOYA
Se llamaba Juan de Contreras y López de Ayala y nació en
Segovia en 1873. Estudió en Segovia, Salamanca y Madrid y, además de cargos
políticos como diputado por la CEDA, fue catedrático en las universidades de
Valencia, Madrid y Navarra. Su faceta de hombre preocupado por las bellas artes
es conocida, pero quizás no lo es tanto su faceta de poeta y habría que
recordar que Juan de Contreras fue premio Fastenrath de la Real Academia en
1920 y que sus poemas hoy en día se dejan leer con gusto por el que escribe
este blog y algún que otro lletraferit.
Como muestra, un poema, escrito en versos de dieciséis sílabas, que leímos en
el recreo poético que le dedicamos en el centro cuellarano que lleva su nombre:
XXIX
VIERNES
SANTO
Aún
la muerte huía de ella; que hasta la Muerte se aterra
del
brillo de aquellos ojos, que ya no saben llorar.
¡Era su
pena tan grande, que no cabía en la Tierra!
¡Era
inmensa como el cielo, y era amarga como el mar!
¡La madre
del asesino! Se apartaban a su paso
las
mujeres, conmovidas por un espasmo de horror;
la madre
del asesino vagaba sola, al acaso,
medio
muerta de fatiga, de vergüenza y de dolor.
¡Señor,
que en todas las penas guardas secretas dulzuras,
y con la
mirra del llanto mezclas un poco de miel!
¡Señor,
que tan suavemente nuestras hondas llagas curas!
¿Qué
consuelos encontraste para un dolor como aquél?
¡Viernes
Santo! Por las rúas llevaban a Cristo muerto;
preludiaban
los clarines una marcha funeral.
¡Viernes
Santo! Abril cubría de nuevas flores mi huerto
y llenaba
de fragancias la brisa primaveral.
Con
matices de violeta se va obscureciendo el cielo;
avanzan,
en largas filas, trémulos puntos de luz;
con la
faz de blanca cera sobre el negro terciopelo,
va la
madre dolorosa, llorando al pie de la Cruz.
Stabat
Mater…, cantaban los coros pausadamente,
y su voz,
como un sollozo, se perdía en un temblor.
Las dos
madres enlutadas se encontraron frente a frente,
pasados
los corazones por la espada del dolor.
¡Señora!
– clamó la anciana-, tú llevas al hijo inerte;
pero mi
pena es tan grande, que ni aún la tuya es igual;
si mi
hijo fuera inocente, ¿qué me importara su muerte?
¡Tú sabes
que el tuyo es Santo!, ¡y el mío es un criminal!
Espantada
de sí misma, cayó a los pies de María,
y sus
labios temblorosos dijeron una oración.
La Madre
de los Dolores, más pálida todavía,
sin que
nadie lo entendiera, la habló quedo al corazón.
Y la dijo
así: “Hija mía, ¿quién puede medir mis duelos?
¡No hay
angustias en la tierra que en mi corazón no estén!
No lloro
por Jesucristo, que vive y reina en los Cielos;
mi pena
es tu misma pena: ¡lloro por tu hijo también!”
Por error, he puesto como fecha de nacimiento del Marqués de Lozoya el año 1873 cuando su fecha de nacimiento es 1893. Siento el error y lo subsano por medio de este comentario.
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