domingo, 17 de febrero de 2013

EL MARQUÉS DE LOZOYA

 
 
EL MARQUÉS DE LOZOYA
Se llamaba Juan de Contreras y López de Ayala y nació en Segovia en 1873. Estudió en Segovia, Salamanca y Madrid y, además de cargos políticos como diputado por la CEDA, fue catedrático en las universidades de Valencia, Madrid y Navarra. Su faceta de hombre preocupado por las bellas artes es conocida, pero quizás no lo es tanto su faceta de poeta y habría que recordar que Juan de Contreras fue premio Fastenrath de la Real Academia en 1920 y que sus poemas hoy en día se dejan leer con gusto por el que escribe este blog y algún que otro lletraferit. Como muestra, un poema, escrito en versos de dieciséis sílabas, que leímos en el recreo poético que le dedicamos en el centro cuellarano que lleva su nombre:
XXIX
 
VIERNES SANTO
 
Aún la muerte huía de ella; que hasta la Muerte se aterra
del brillo de aquellos ojos, que ya no saben llorar.
¡Era su pena tan grande, que no cabía en la Tierra!
¡Era inmensa como el cielo, y era amarga como el mar!
¡La madre del asesino! Se apartaban a su paso
las mujeres, conmovidas por un espasmo de horror;
la madre del asesino vagaba sola, al acaso,
medio muerta de fatiga, de vergüenza y de dolor.
 
¡Señor, que en todas las penas guardas secretas dulzuras,
y con la mirra del llanto mezclas un poco de miel!
¡Señor, que tan suavemente nuestras hondas llagas curas!
¿Qué consuelos encontraste para un dolor como aquél?
 
¡Viernes Santo! Por las rúas llevaban a Cristo muerto;
preludiaban los clarines una marcha funeral.
¡Viernes Santo! Abril cubría de nuevas flores mi huerto
y llenaba de fragancias la brisa primaveral.
 
Con matices de violeta se va obscureciendo el cielo;
avanzan, en largas filas, trémulos puntos de luz;
con la faz de blanca cera sobre el negro terciopelo,
va la madre dolorosa, llorando al pie de la Cruz.
Stabat Mater…, cantaban los coros pausadamente,
y su voz, como un sollozo, se perdía en un temblor.
Las dos madres enlutadas se encontraron frente a frente,
pasados los corazones por la espada del dolor.
¡Señora! – clamó la anciana-, tú llevas al hijo inerte;
pero mi pena es tan grande, que ni aún la tuya es igual;
si mi hijo fuera inocente, ¿qué me importara su muerte?
¡Tú sabes que el tuyo es Santo!, ¡y el mío es un criminal!
Espantada de sí misma, cayó a los pies de María,
y sus labios temblorosos dijeron una oración.
 
La Madre de los Dolores, más pálida todavía,
sin que nadie lo entendiera, la habló quedo al corazón.
Y la dijo así: “Hija mía, ¿quién puede medir mis duelos?
¡No hay angustias en la tierra que en mi corazón no estén!
No lloro por Jesucristo, que vive y reina en los Cielos;
mi pena es tu misma pena: ¡lloro por tu hijo también!”
 

1 comentario:

  1. Por error, he puesto como fecha de nacimiento del Marqués de Lozoya el año 1873 cuando su fecha de nacimiento es 1893. Siento el error y lo subsano por medio de este comentario.

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