Conocía de David Pujante algunas traducciones como los
Sonetos venecianos de Von Platen que había comprado donde mi buen amigo Senén
Pérez, el gran librero abulense fallecido el verano pasado, pero no lo conocía
como poeta. Compré ha poco La Isla y la impresión es muy favorable. Poesía de alta calidad la de este poeta
cartagenero y, como decía mi abuela Patrocinio, para muestra basta un botón,
pequeño sí, pero un hermoso botón de este poema que Pujante escribió sobre ese
dicho latino del medievo que se colocaba en la terra incognita de los mapas: hic
abundant leones que también hemos leído por ahí como hic sunt dracones.
De fórmulas como esa
nutrimos la poesía los humanos;
la poesía que no es algo distinto
que ofrecerle al lenguaje
la frágil ocasión
de decir sobre aquello que
ignoramos.
“Hic abundant leones”
podría ser también
un conjuro de tantos que
construyen la vida.
Porque ¿qué es la poesía y qué
es la vida?
decir lo que ignoramos,
sentir lo inexplicable
y poblar de leones el misterio.
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