Tras la lectura apasionante de
El señor presidente, me embarqué en
la de
Hombres de maíz, también de
Miguel Ángel Asturias. En la contraportada, se dice que el libro denuncia la
destrucción de la selva guatemalteca y el cambio de vida de sus habitantes por los intereses de los países más poderosos. Ese
cambio y esa amenaza aparecen en el libro, pero la obra, sobre todo, es un
reflejo de esos indígenas que viven en la selva tropical. Lugares mágicos,
seres mitad animales, mitas personas, mujeres extrañas, las “tecunas” que se
van de con sus más maridos y muchos más se van sucediendo en este libro de
difícil lectura, de lenta lectura. Y es que no todo va a ser la prosa de Ruiz Zafón
y sus historias de la posguerra. Por cierto, que este señor ahora también es
compositor.
Domine, libera nos a malo.
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