Seguro que quien haya leído
Un invierno en Mallorca de George Sand
no puede olvidar lo mal que trata a los mallorquines. A mí esta francesa, que
pasó por varias manos y que en este viaje se llevó a sus dos hijos y a Chopin, me despertó, al leer el libro mencionado unas
líneas más arriba, mi sentimiento patriotero que no o suelo tener a flor de
piel. Pero es que llamar moros a los mallorquines y gritar Vive la France!
cuando pisó un barco de guerra francés que la liberaba de aquel infierno me
parece excesivo. Pues bien, el doctor Villalonga, al que tan buenos ratos le
debemos, retrata como en
Mort de Dama,
esa sociedad un tanto decadente y cerrada de la Mallorca de los años treinta y en
ocasiones le da la razón a la Sand y otras se la quita. Alguna cosa cierta dijo
la francesita aunque no es educado poner a parir a quien te acoge. El libro
está muy bien escrito y proporciona el placer de la buena lectura. Se me
olvidaba decir que el libro se llama
Un
verano en Mallorca y que su autor es el mismo que el de
Bearn Gracias don Llorenç.
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