Joseph Rot, el gran
escritor austriaco, lo descubrí gracias a ese gran librero que fue, ¡Dios mío,
cómo puede llegar a doler un tiempo verbal!, Senén Pérez. Desde entonces, lo
vengo leyendo con entusiasmo. El reflejo de ese mundo austrohúngaro que se
pierde queda reflejado maravillosamente en las novelas de Rot. Sin embargo,
este relato breve que se llama Abril
es algo diferente. Fue lo primero que escribió y es una historia de amor llena de poesía y de una prosa que roza lo
poético. Sólo el arranque, por el que decía mi buen amigo Pablo Perera Velamazán, filósofo deleuziano de Pozuelo
de Alarcón, se podía conocer un libro, es fabuloso:
La noche de abril en la que llegué estaba cargada de
nubes y preñada de lluvia.
Con esto ya se puede uno ir a cenar
tranquilo aunque nada más hayas hecho.