En La lista de Schindler, cuando el
protagonista es llevado a prisión por haber besado a una judía, un oficial nazi
que comparte la celda le dice cuando Óskar le confiesa su “pecado”: ¿Ha besado
a una judía y no se la ha caído la picha?”. Esto viene a cuento de que he leído
a Pérez Reverte y no se me ha caído nada. La lectura de El húsar, novela ambientada en la España de la invasión francesa,
me ha resultada grata. Bien documentada salvo en algunos temas equinos (¡Ay, el
piafar del que tanto hablaba Marías, su amigo en la Academia¡). La novela nos
presenta a un subteniente ansioso de gloria como un Fabrizio del Dongo cualquiera
que, poco a poco, y a medida que entra en la guerra se va dando cuenta que la
gloria soñada no es más que sangre, barro y mierda. Con diecinueve años, se
vino a España a comerse el mundo y el mundo se lo comió a él. Pérez Reverte
conoce la guerra de primerísima mano y sabe lo que es. Puede ser en ocasiones
algo pedante y creído, pero escribe bien. Es más, tengo la sensación de que
aquello que le dijo a Umbral vale perfectamente para él: “Usted ha cambiado el
oro de la literatura por la calderilla de la fama”. No creo que lea este blog, pero, si lo hace,
le anuncio que lo próximo suyo que leeré será La tabla de Flandes. Estás avisado, Arturo.
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