Conocéis de sobra mis
ímprobos esfuerzos por medio de este blog de difundir la cultura grecolatina.
En este caso, le toca a Plutarco que, en su obrita “Sobre la educación de los
hijos”, nos dice estas maravillosas palabras como consejo a todos los padres y
madres:
Y muchos de los
padres llegan a tal punto de avaricia y, a la vez, de odio hacia sus propios
hijos que, para no pagar un mayor salario, eligen como maestro de sus hijos a
hombres de ninguna estima, buscando una ignorancia barata. Por esto también Aristipo,
no sin gracia, sino muy inteligentemente, se burló de palabra de un padre vacío de
inteligencia y sentido. Pues, habiéndole preguntado un hombre cuánto salario
pedía por la educación de su hijo, le dijo; «Mil dracmas.» Al responderle el
padre: «¡Por Heracles!, ¡qué petición tan excesiva! Por mil dracmas, en verdad, puedo
comprar un esclavo.» «Y así, le dijo Aristipo, tendrás dos esclavos, tu hijo y
el que compres.»
¡Muy bien dicho,
Aristipo! Que se lo anoten también los jerarcas del Ministerio y de la Junta: en
Educación, se invierte, no se gasta. Pues eso.
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