HACIENDO BALANCE
Llega este día de Nochevieja y
es el momento de hacer balances tal y como ha hecho mi buen amigo Jesús Sanz
Rioja en su blog Y YO QUE ME LA LLEVÉ AL RÍO. Como soy muy copión, voy a
proceder a hacer mi propio hit parade
de lecturas, audiciones y “espectaciones” de cine. Y lo voy a a hacer de
memoria, sin recurrir a las fichas que voy haciendo con cada lectura o audición
(en el caso del cine también lo suelo hacer, pero como este año he visto tan
poco cine pues no me ha hecho falta ni hacer ficha pues ya la tenía hecha de
cuando vi esta película que comentaré más tarde).
Empezó el año con Manuel Chaves Nogales que me resultó un
gran escritor al que no conocía. Es un
gran prosista cuyos cuentos escritos a “sangre y fuego” son magníficos. También
me deslumbró John Cheever cuyo cuento El nadador me parece de los mejores que
he leído nunca. Por mayo, leí a Sando Marai, el gran escritor húngaro que no me
defrauda, en su novela Liberación y
fue también de los mejor del año. Ya en junio, retomé a mi muy querido Pla para
leer su Nocturno de primavera y se
convirtió en otra de mis lecturas del año. En el verano, leí Las cosas de Georges Perec y fue el gran
descubrimiento del año que se acaba. Seguí con El hombre que duerme y he terminado ayer La vida instrucciones de uso. Ya os hablaré más en detalle de tan
prodigioso autor. De “mi” Willa Cather, leí los Cuentos completos y disfruté como un enano (con perdón). En este
blog ya os he contado algo de esta maravillosa escritora. También me pareció
fantástico Ethan Frome de Edith
Warton. Si no lo habéis leído, leedlo y me lo agradeceréis. También en el
verano, estando en Candás, leí a mi muy querido Palacio Valdés en su novela José
y, ya en tierras pucelanas, esa maravilla de novelita que es La novela de un novelista. Ya para
cerrar el año, al calor del brasero y antes de emprender la lectura de Perec
que ya os he mencionado, me leí Apuntes
de la casa muerta de Dovstoieski y me sentí tan encerrado en mi Instituto
como el pobre protagonista. Antes, me leí los cuentos y novelas breves de
Carson McCullers, El aliento del cielo, y fue otra de las grandes lecturas de este
año
En poesía, he disfrutado mucho con un gran poeta palentino,
José María Fernández Nieto, con Verdaguer, con Pepe Hierro, con Rosa Leveroni y
con Francisco Brines al que le debo una entrada de blog.
En música, deciros que este año descubrí a los hermanos
Alqhai y su Accademia del Piacere, que seguí gozando en el auditorio con Vasily
Petrenko, que Mahler es Mahler y que Nelson Freire, el gran pianista brasileño,
me emocionó con Gluck. También que los hermanos Capuçon me hicieron confirmar
lo buena que es la música en familia. Seguro que me quedo algo, pero no es
cuestión de aburrir.
¡Ah! de cine, tan sólo contaros que volví a ver Solas de Benito Zambrano y creo que ha
ganado con el tiempo.
Es posible que también para copiar a mi amigo Jesús cierre
este chiringuito músico –literario hasta después de Reyes. O quizá no; ya
veremos.
Me ha gustado eso de "me quedo algo", tan vallisoletano.
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