Al terminar hace poco Los Cantos de Maldoror, pensé en que
también era el momento de leer las Poesías
del conde maldito y me puse a la labor. En la traducción, muy cuidada, de Ángel
Pariente. Lo primero que tengo que deciros es que no son poesías al uso, sino
más bien pensamientos que Isidore Ducasse va desgranando al estilo de los quintanares de Mario Quintana o de los Relámpagos de Fernández Nieto. No me han
desagradado, pero no llegan a las dosis de maldad
de los muy famosos cantos. Son pensamientos de poeta con su dosis de
filosofía. No sé por qué en uno de ellos
habla de los ojos sanguinarios de Zorilla;
el sabrá qué motivos tienen para decir eso del pucelano. Os voy a copiar
algunos que me han gustado y que he señalado en el libro:
-
Si vous êtes malhereux, il ne faut pas le dire
au lecteur. Gardez cela pour vous.
-
Si sois desdichados, no hace falta decírselo al
lector. Guardadlo para vosotros. (
página 43)
-
La mélencolie et la tristesse sont déjà le
commencement du doute; (página 37)
-
La melancolía y la tristeza son el comienzo de
la duda;
-
La vraie doleur est incompatible avec l’espoir. (página 37)
-
El verdadero dolor es incompatible con la
esperanza.
-
On ne peut jugar de la beauté de la vie que par
celle de la mort. (Página 94)
-
Sólo se puede juzgar la belleza de la vida comparándola
con la de la muerte.
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