El verdadero
general Oraa, don Marcelino Oraa, era de Beriáin, Navarra, y empezó como guerrillero
contra Napoleón con el conocido jefe Espoz y Mina. Como era navarrico y conocía
bien los lugares por donde andaba Zumalacárregui, fue su más encarnizado
enemigo. En la conquista de Morella,
Oraa sitió a la ciudad castellonense que defendía el “Tigre de Morella”,
sobrenombre dado al general Cabrera que había enarbolado en su castillo una
bandera negra con una calavera de paño blanco. ¡Y bien que resistió el tigre!,
pues el 18 de agosto, Oraa se retiraba a Alcañiz y Cabrera cobraba fama por este
hecho de armas en Europa entera. Al pobre General Oraa de mis recuerdos
infantiles le costó el puesto y fue sustituido por el mariscal de campo Antonio
Van Halen, antepasado del poeta y político del PP, Juan Van Halen. Le veo en un
dibujo con un cierto parecido con mi
amigo Patxi Bergera, navarrico también, quizás por sus cabellos blancos que le
dieron sus dos apodos: el cariñoso de “el Abuelo”, que le pusieron sus tropas, y el más fiero de
“el Lobo Cano” que le pusieron los carlistas. Será por lo que conté en otra entrada
y los recuerdos infantiles que tiene para mí su calle, con la tienda de
Palacios y la tapicería cuyo dueño quiso ser torero, pero el general Oraa me
sigue resultando un tipo simpático.
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