No sé si el nombre de Segismundo
Pecharromán Cebrián le dice algo a alguien, pero yo le debo el conocimiento de
este poeta a mi amigo Román Fraile que trabajó en Sever- Cuesta, la imprenta vallisoletana que decidió dar
cancha a autores locales y creó Roca Caliza, una colección de poesía en la
publicaron gentes como Pecharromán, Garabito Gregorio o Pérez Cornejo
“Lucanor”. He leído a Pecharromán en Castilla,
surcos y estelas y en él me he topado con poemas tan bonitos como Bodega. Sé que es difícil encontrar a
este poeta (quizás en la sección local de la Biblioteca Pública de Vlladolid),
pero su lectura merece la pena y, desde luego, más que la lectura de esos que
han visto por primera vez un animal muerto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario