Voy a
hablar de Vintila Horia y pido, por favor, que nadie me saque a colación el que
era fascista o que escribió en El Alcázar. Y digo esto porque nada de su vida
personal o política puede turbar su obra novelística. En concertó, os hablo de La carta séptima, novela que hace
referencia a la Carta séptima de Platón y en la que consigue, siguiendo la
carta platónica, una novela de gran calidad literaria. Yo había leído de él Dios ha nacido en el exilio, sobre
Ovidio, y, aunque ya hace una poridad de años, la recuerdo como una novela “especial”.
Es de notar que Horia elige personas en el exilio: Platón, Ovidio o Boecio para
algunas de sus novelas y lo hace porque Horia fue un exiliado toda su vida.
Platón no es como tal un exiliado, pero su ideal político reflejado en la
República y que él quiso llevar a cabo en la Sicilia de Dionisio de Siracusa,
tanto el padre, como el hijo, le llevó a estos viajes que, como algunos ya
sabéis, terminaron en rotundo fracaso. Se inaugura una costumbre: la de los
filósofos que son ayos de príncipes y así tendremos a Aristóteles con Alejandro
Magno o a Séneca con Nerón.
Buena
novela de un autor que, dejando a un
lado su ideología, sería necesario recuperar en buenas ediciones. ( La que un
servidor ha leído es de la colección Reno de Plaza y Janés., prácticamente sin
márgenes y con una letra que no pasaba de un cuerpo 7)