Dice
Carlos García Gual en el libro que acabo de leer, La deriva de los héroes en la literatura griega que Perseo voló en
Pegaso, aunque, diré en descargo suyo que, unas páginas más adelante, dice que
Perseo voló en rescate de Andrómeda con las sandalias aladas que le proporcionó
Hermes. Entonces, ¿voló o no voló a la grupa de Pegaso? Recuerdo que don
Antonio Ruiz de Elvira nos decía en sus clases que Perseo nunca había volado en
Pegaso y, si el maestro zamorano lo decía, que lo había leído todo en Mitología
y en otras artes, me lo creo a pies juntillas. Entonces, ¿se equivoca el
maestro García Gual, ese gran humanista que me dio clases en tercero de carrera
y que nos dejó marcados a los de aquella promoción con aquella pregunta que nos
hizo en su primer examen: la estructura del epinicio pindárico? Vista ahora no
era difícil, pero para unos jovencitos que acabábamos de entrar en la veintena
aquella pregunta fatal nos desmoralizó. Aquel sábado de marzo, García Gual hizo
que muchos compañeros abandonaran el aula. Un servidor se quedó porque, al
menos, pudo poner aquello de estrofa, antistrofa y épodo que son las partes en
las que se dividen los coros en la tragedia que son lírica coral y, por tanto,
hermanos de los epinicios pindáricos. Aprobé el examen con un cinco y la
pregunta del maestro se me quedó grabada en el disco duro para siempre. La
verdad, con este calor horroroso y el epinicio pindárico ya no sé muy bien por
dónde me andaba. ¡Ah, sí, con que si Perseo voló o no voló en Pegaso!
Hesiodo, en su Escudo, dice así: ἱππότα Περσεύς,
es decir, “el jinete Perseo”; Ovidio en sus amores, dice: victor Abantiades
alite fertur equo, es decir, “el
victorioso abantiada ( lo llama así Ovidio porque Abante era el bisabuelo de
Perseo) en un alado caballo cabalga”. Y don Antonio, tal y como os decía antes,
dice en la página 159 de su libro la Mitología clásica lo que sigue:
Esta última
asociación (la de Perseo volando en Pegaso) es renacentista.
Entonces, ¿voló Perseo o no voló en
Pegaso? Pues la verdad es tanto el calor que hace esta tarde en Boecillo que me
voy a dar un chapuzón en la piscina y que cada cual piense lo que le venga en
gana y le pete. Vamos por mí como si viajó en un Pegaso de esos que se
fabricaban en la ciudad Pegaso, aquel complejo fabril y residencial en San Fernando
de Henares que hasta tenía un equipo de fútbol propio.
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