Hace unos años, en Boecillo, el Ayuntamiento tuvo la
feliz idea de ofrecer ( que no ofertar) unos cursos de Chino. Y para allá
fuimos unos cuanto boecillanos con ganas de enfrentarnos a tan compleja lengua.
Aguantamos dos años y algo aprendimos, pero la dificultad suma de esta lengua
aglutinante y no flexiva más el que ya no podía venir la profesora hizo que se
abandonara esa experiencia de sinología boecillana. Ya casi no recuerdo nada,
pero me quedó un gran devoción – que ya tenía en parte antes gracias a Mahler y su Canción de la tierra – por la poesía china.
Así que, cuando me enteré de que había salido un libro sobre poesía china contemporánea,
no lo dudé y se lo pedí a mi buen amigo Miguel de Sandoval. Lo he terminado en
estos días y es un buen libro prologado y anotado con gran celo por un profesor catalán en la Universidad de
Sidney que se llama Blas Piñero Martínez. Os copio uno que se llama Colores y que es de Wen Yiduo:
La vida es un papel blanco, sin valor.
Desde que nací, el verde me ha hecho crecer.
El rojo me ha dado la pasión.
El amarillo
me ha enseñado la lealtad.
El azul, a ir con la cabeza alta.
El rosa me ha llenado de esperanza.
El gris ceniza me ha regalado el sufrimiento.
Y para completar este dibujo lleno de colores,
el negro, encima, me traerá la muerte.
Después de lo vivido,
todavía mimo mis días a pesar de todo,
porque amo sus colores.
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