Cualquiera
que haya viajado al país vecino sabe que un plato fundamental de la cocina
portuguesa son las Amêijoas ao Bulhão
Pato, que consisten en almejas con ajo, aceite un poco de vino y cilantro.
Dejo la confección del plato a mi querido Karlos Arguiñano y sigo con lo
literario. ¿Literarias unas almejas? Pues sí porque el nombre del plato viene
del poeta portugués Bulhão Pato que, curiosamente, nació en Bilbao, ciudad
española (con perdón) en donde sus padres estaban exiliados y perseguidos por
el miguelismo, esos absolutistas que querían como rey a Miguel I. Raimundo Antonio
vivió en Bilbao hasta 1837, es decir, ocho años en los que tuvo tiempo suficiente
para enamorarse del Botxo. El poeta
tuvo relación con Antonio Trueba, el vizcaíno de las Encartaciones que fue
cronista de la villa de Bilbao, del que tradujo algunos de sus cuentos y El libro de los cantares que le sirvió
al portugués de inspiración en su propia obra. Don Raimundo era un consumado
gastrónomo y puso su nombre a esta receta de almejas que, según dicen los
entendidos, viene de la Extremadura portuguesa. Como no os puedo dejar un plato
de almejas, os dejo un poema de este poeta bilabíno y portugués
A pobre da mãe cuidava
que o filho ainda vivia
e nos braços o apertava.
O coração que batia
era dela, e não do filho,
que já do sono da morte
havia instantes dormia.
Olhei e fiquei absorto
na dor daquela mulher
que tinha, sem o saber,
nos braços o filho morto!
Razava e do fundo dalma,
enquanto a infeliz rezava,
o pobre infante esfria;
quando gelado o sentira
o grito que ela soltou,
Meu Deus!- que dor expressou!
Pensei então: a mulher,
para alcançar o perdão
de quantos crimes tiver,
na fervorosa oração
basta que possa dizer:
“Tive um filhinho, Senhor,
e o filho do meu amor
nos braços o vi morrer!”
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