Vamos
ahora con otro cínico, un tal Metrocles, que tuvo la inestimable ayuda de
Crates para resolver este caso.
Μητροκλῆς, ἀδελφὸς Ἱππαρχίας, ὃς πρότερον ἀκούων Θεοφράστου τοῦ
περιπατητικοῦ τοσοῦτον διέφθαρτο ὥστε ποτὲ μελετῶν καὶ μεταξύ πως ἀποπαρδὼν ὑπ'
ἀθυμίας οἴκοι κατάκλειστος ἦν, ἀποκαρτερεῖν βουλόμενος. Μαθὼν δὴ ὁ Κράτης
εἰσῆλθε πρὸς αὐτὸν παρακληθεὶς καὶ θέρμους ἐπίτηδες βεβρωκὼς ἔπειθε μὲν αὐτὸν καὶ
διὰ τῶν λόγων μηδὲν φαῦλον πεποιηκέναι· τέρας γὰρ ἂν γεγονέναι εἰ μὴ καὶ τὰ
πνεύματα κατὰ φύσιν ἀπεκρίνετο· τέλος δὲ καὶ ἀποπαρδὼν ἀνέρρωσεν αὐτόν, ἀφ'
ὁμοιότητος τῶν ἔργων παραμυθησάμενος. Τοὐντεῦθεν ἤκουεν αὐτοῦ καὶ ἐγένετο ἀνὴρ
ἱκανὸς ἐν φιλοσοφίᾳ.
Metrocles, el hermano de Hiparquia, que primero fue alumno de Teofrasto el
peripatético, se hizo tan fino que, como, en una ocasión, en medio de un
ejercicio, se le escapara un pedo, se
había encerrado en su casa lleno de tristeza por lo sucedido con la intención
de dejarse morir de desánimo. Al saberlo Crates, al que habían avisado para
socorrerlo, acudió a su casa después de haberse hartado de lentejas y le
intentaba persuadir de que no había hecho nada feo pues cosa milagrosa hubiera
sido impedir la salida de unos gases que seguían su proceso natural.
Finalmente, tirándose unos pedos, lo convenció, aportando el consuelo con
acciones semejantes. A partir de eses día, siguió sus enseñanzas y llegó a ser
un hombre cabal en filosofía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario