jueves, 31 de marzo de 2022

PÁBILO Y PÁBULO

 


Pese a tantas reformas educativas que se van superando en el intento de crear analfabetos funcionales y que podrían acabar con la paciencia del mismísimo santo Job,  sigo en mi intento de buscar la etimología de las palabras. Para hoy, he escogido dos: pábulo y pábilo, tan parecidas, - sólo una letra las distingue-, que las podemos confundir .Vamos pues por partes.

 La palabra pábulo proviene del latín pabulum en donde la –u > o y en donde se ha conservado la u breve que lleva en la penúltima silaba pese a ser postónica. Se ve por eso que la palabra es un semicultismo pues debería haber dado en castellano “pablo” o “pallo”. En la raíz latina se ve  la raíz indoeuropea *pa-  (alimentar) que produce palabras como panis,  pastor, pascere (pacer) o pastus. De pan, tenemos compañero (cum – panis) que es el que comparte su pan con nosotros.

         Para pábilo la etimología es distinta pues proviene de papilus, con i larga en la que  recae el acento: pápilus en la pronunciación en latín. Sin embargo, el hablante latino – y más teniendo en cuenta que es una palabra más usada en latín vulgar que en latín culto-, acabó confundiendo la cantidad de esa “i” y la pronunciaban como breve con lo que el acento se retrajo a la sílaba antepenúltima y se pronunció como esdrújula: pábilo. La p intervocálica –p- sonorizó en su correspondiente sonora – b – y así tenemos pábilo o pabilo, dependiendo de las cantidades de esas íes.  Tampoco encontramos aquí la pérdida de la postónica por lo que suponemos que esta palabra también es un semicultismo.

         La primera tan sólo nos queda en la expresión “dar pábulo” que viene a ser, mutatis mutandis, echar leña al fuego y de pábilo, que es la mecha que está en el centro de la vela y también un hilo grueso de algodón que se usa para coser alpargatas, hamacas o cubrecamas según la RAE, nos viene “despabilar” que es quitar el pábilo quemado con unas tijeras especiales que se llaman despabiladeras. Podemos decir, refiriéndonos a la acción de recortar el pábilo, despabilar o espabilar y a las tijeras las podemos llamar despabiladeras o espabiladeras, pero, sin embargo, si queremos usar espabilar en el sentido de despertar o animar a alguien sólo podemos usar espabilar y nunca despabilar. Así pues diremos: “Espabílate que son más de las siete, pero no “despabílate””; o “espabila que te quedas el último”, pero nunca “despabila”.

         Precioso el asunto que hemos tratado y que me hace gritar con entusiasmo:

¡Qué bonita es nuestra lengua!

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