Durante
este mes de junio le quiero dedicar algunas entradas a mi muy querido Bruckner
con la idea de que lo lleguemos a disfrutar con más deleite. De lo primero que
quiero tratar es de por qué las sinfonías de Bruckner son tan largas. Muchos
aficionados a la música clásica “temen” a las sinfonías de este músico
austríaco y prefieren sinfonías más breves. Que me perdonen, pero pongo en duda
la calidad de su afición porque, por esa regla de tres, habría que borrar de la
historia del cine Lo que el viento se
llevó, Ben – Hur o Quo Vadis, películas cuyo metraje supera las tres horas. Hasta Martín
Llade repite que, a él, Bruckner no le dice nada. Don Martín Llade,
tan sensible para la música de otros, tiene un bloqueo auditivo frente a don
Antón y, para estos bloqueos auditivos con el genio de la sinfonía, me propongo
escribir estas entradas. De todas las maneras, como bien dice Iñaki Gabilondo,
gran melómano como buen donostiarra, “es la música la que nos busca a nosotros,
no nosotros a la música”. En fin, vamos al ataque.
No soy músico; tan sólo soy un pianista
aficionado incapaz de hacer un análisis musical como lo podría hacer alguien
que haya estudiado composición, pero me dejo guiar por los que saben más que yo
y en este caso “me lleva de la mano” Francesc Serracanta que tiene dos características
que suelen ir unidas: ser catalán y ser melómano.
Dice don Francesc que las sinfonías de
Bruckner son largas porque, aunque usa los temas musicales tal y como se hace
en la forma de sonata clásica, Bruckner hace algo distinto. Vamos a verlo:
Los temas, en la forma sonata, se
exponen, se desarrollan y, finalmente, se recapitulan. Más o menos así se
procede también en la retórica: presento el tema, lo desarrollo y hago una
recapitulación final. Sin embargo, Bruckner presenta el tema y, ya en la propia presentación, tiene secciones de desarrollo en las que desarrolla
el tema presentado. Por si fuera poco, también desarrolla los temas durante la
recapitulación. Es decir, que partiendo de un tema, va formando un racimo de
desarrollos de ese tema. No sé si os ha quedado claro. Lo vamos a intentar con
la retórica:
-
Os presento un tema: el trabajo de las
hormigas y, al tiempo que os lo presento ya lo desarrollo (vida en el
hormiguero, distribución social, maneras de trabajar) y sigo después, tras
volver a la presentación, en el desarrollo propiamente dicho.
-
Cuando llego a la recapitulación,
vuelvo a desarrollar el tema o temas principales con otros contenidos (épocas
de más trabajo, épocas de menos trabajo o alimentación de las crías). Necesario
es decir que un servidor, de hormigas, sabe menos que nada, pero que he
intentado, a la pata llana, lo que ocurre con don Antón. Esto es quizás lo que lía en Bruckner, pero un
“oído atento” – sicut dicebat Fernando Palacios-, no sólo comprende, sino que
disfruta enormemente de estas sinfonías.
Le dije en una
ocasión a don Martín Llade que empezara por la Cuarta, siguiera por la Sexta,
volviera a la Quinta y que ya siguiera por la Octava y la Novena. Es un mapa,
pero sirve cualquier otro con tal de que nos lleve al tesoro oculto de
Bruckner.
Bueno,
pues espero haberos servido de algo con esta humildísima explicación.
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