Su vida no es, digamos, sencilla: se casa con su profesor de
canto, George Bowden, al que abandona en la noche de bodas; mantiene relaciones con John Middleton Murry
con el que se acabará casando, eso sí, sin olvidarse de su D.H. Lawrence y de
sus relaciones con Ida Baker. Como se puede comprobar, no es una vida para una
novela ejemplar, sin embargo no somos nadie para entrar en juicios morales y,
si la traemos a este blog, es para hablar de su literatura.
Sus cuentos me han gustado. Quizás no es la mejor (¡ay eso
del mejor y del peor!), pero es muy buena. Si tenéis dudas, leed Fiesta en el jardín, relato que da
título al libro, La lección de canto, o
el que cierra el volumen La doncella de
la señora (¡ojo! que no la criada del señorito que decía la inconmensurable
Gracita Morales). Una buena lectura la de los cuentos de la Mansfield.Por
cierto, que se murió en París, no de
aguacero como el peruano que todos tenéis en mente, sino de tuberculosis que
también es una manera muy literaria de morirse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario