A WERT SI NOS
ENTENDEMOS
Ya llevaba
yo un tiempo queriendo decir algunas cosillas sobre el señor Wert en este blog
y por falta de tiempo no lo he podido hacer hasta hoy que es un día “señalado”
para una huelga en la enseñanza. Y es que parece que este personaje tiene la
culpa de todo lo que ocurre de malo ( y que es mucho, dicho sea de paso en la
educación española). Pero, si analizamos las cosas sin el apasionamiento
estúpido que inyecta la política, no puedo por menos que decir lo que sigue:
El tal
Wert tiene la culpa de haber preparado una reforma en un tiempo de crisis cuando es la peor época para reformar nada.
Pero, claro, cada grupo político tiene que dejar su impronta (su cagadita,
diría mejor) en la ya maltrecha educación española y nada más subir al poder lo
primero que hacen es “reformar” lo reformado por el anterior. Recordemos si no
al señor Zapatero que, a los cuatro días de hacerse con el poder y habiendo en
este país llamado Expaña (así, con x, y que el que tenga oídos para oír que
oiga) muchos y muy acuciantes problemas, ya reformó la ley que había preparado
el PP aunque no era una ley mala, es más, quizás de las más inteligentes que se
han hecho en estos últimos años. Pero, ante todo, reforma que algo queda.
Wert tiene
la culpa de haberse cargado el Griego y la Cultura Clásica y de dejar en situación
preagónica la Latín,
asignaturas que, en otro tiempo, defendía el PP. Pero ya lo dijo don Luís de
Camões: Mudanse os tempos, mudanse as
vontades.
Wert no
tiene la culpa de que el prestigio social de los profesores se haya caído por
los suelos en estos últimos treinta años.
Wert no
tiene la culpa de que el sistema educativo español no conozca el valor del
esfuerzo personal porque, al final, se puede titular con dos o con tres pues lo
importante no es lo que aprendan los alumnos sino que estén calentitos en la
“guardería”. En resumen, la teoría de la silla de mi amiga María Ángeles
Valencia: matriculas una silla en preescolar y, por promociones, por imperativo
legal y otras zarandajas, llega hasta la Universidad.
Wert no tiene la culpa de que la figura
del padre haya desaparecido de la sociedad española. Por la ley del péndulo que
nos rige, se ha pasado del padre padrone
al pater in phantasma .
Wert no tiene la culpa de que las
familias dediquen muy poco tiempo a sus hijos y que los “abandonen” en multitud
de actividades extraescolares. Ahora quieren demonizar a los deberes, pero
nadie dice que los niños no tienen tiempo para hacerlos porque antes han tenido
que entrenar a fútbol, ir al conservatorio, estudiar inglés y, por el camino,
ir a sesiones de relajación o yoga. Un niño que llega a las diez de la noche a
casa no está en condiciones nada más que de dormir y soñar con los angelitos.
Wert no tiene la culpa de que los IES se
hayan convertido en lugares a donde no se va a estudiar sino, con mucha suerte,
sacar un título. Para muchos, por desgracia, es un lugar de relación social y
de encuentro con los amigos.
Ahora nos comparamos con Finlandia y
resulta que estamos muy mal, pero esto ya viene de más de treinta años atrás y
entonces saludábamos la LOGSE
con alborozo y los “progres” se deshacían en elogios porque se reformaba
aquella ley de un ministro del dictador . Wert tiene culpa de los suyos, pero
de tantos desatinos que a lo largo más de treinta años se vienen haciendo en la
educación española, no. Como me gusta decir, suum cuique: es decir, a cada uno
lo suyo. Y ya está. Quod dicendum, dixi.
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