JULIO MARURI
Tengo
que agradecerle de nuevo al gran poeta palentino José María Fernández Nieto el
que me “presentara” en su libro Epilírica
del mar a este gran poeta santanderino. Me llamó la atención su espiritualidad,
de la que ya hablaba Fernández Nieto, y, al meterme en Internet, vi que había
sido monje carmelita. He conseguido sus obras completas - como siempre en una
librería de viejo porque en las de “nuevo” ya no merece casi la pena entrar- en
una edición que publicó la Universidad Popular de San Sebastián de los Reyes y
creo que estamos ante un buen poeta que, como muchos, yacen, por desgracia, en
el olvido del “gran circo poético”. Carlos Bousoño hace un epílogo que, por lo
que dice y por el cómo lo dice, iba para prólogo. El pecado de Maruri es, como
acabo de decir, el estar fuera de corrientes, movimientos y banderías. Espero
que lo absolváis con la lectura de este poema.
ÚLTIMA PLAYA
Se desnudó y entró en el mar
y bautizó sus soledad.
salió del mar, miró a la luna:
Le dejó en prenda sus preguntas,
y, descalzo; a los arenales,
las huellas de sus pies mortales.
Alegría
de
renacer con el día y el oriente:
la
sola luz evidente
Tendiendo al añil las manos
1976 - 1992
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