También en el verano es aconsejable dedicarse a oír la
música que no has podido oír con calma durante el año. La verdad, yo no me
puedo quejar porque por merced de mis viajes a Cuéllar no me faltan CD’S para
la carretera y con el abono del CCMD me doy el gusto de oír, más o menos cada semana,
a esa fantástica orquesta que es la OSCyL. Pero, en la tranquilidad del verano,
todo se escucha mejor y con más agrado.
En esta primera mitad del verano, he oído el Spem in alium del gran Thomas Tallis y
los estudios de Liszt, tanto los trascendentales como los de concierto y los
basados en temas de Paganini, interpretados por esas manos prodigiosas que
fueron y son Claudio Arrau y Nikita Magaloff. También he descubierto, gracias a
Filipa Leal, la maravillosa voz de Maria Bethânia y me ha seducido. Lógico.
Tras el accidentado curso de Blues en Villanueva de Duero, me compré una
antología del Blues y ahí estamos también dale que te pego. Y para ir a la
piscina y volver, una jazz band que os recomiendo: Acker Billk y su Paramount Jazz Band.
Y así vamos pasando este verano que alterna lo tórrido con
días frescos que más que vivir en las cercanías de Pucela te hacen pensar en el
Santander soñado y en el mar siempre recomenzado.