Andaba el bueno de Byron, al
que vimos no hace mucho en otra entrada, buscando un héroe, pero que le fuera
duradero y no como ésos héroes que duran no más de un mes. Parece que lo que
acabo de escribir se refiere a nuestra época en la que los “héroes” duran menos
que un pastel a la puerta de un colegio que decían los antiguos. Y Byron se
viene a Sevilla y se fija en don Juan y escribe no una obra sobre don Juan (que
también) sino algunas conquistas de don Juan a las que añade muchos pensamientos
propios. Me ha gustado mucho eso que dice que “la poesía es una paja llevada
por la humana inspiración en la dirección que imprime el espíritu; es una
cometa que vuela entre la vida y la muerte”. (Is poesy, according as the mind glows;/ a
paer kite wich flies ‘ twixt life and death). Cuando
no se entregaba a sus vicios, Byron escribía muy bien e incluso cultivaba esa
imagen de dandi que tan buenos resultados ha dado en la literatura posterior.
La verdad, lo prefiero escribiendo porque, como todos los que van de machos, me
resulta patético en su versión de british
- lover.
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