Hoy,
por fin he probado el turrón de Castuera que me había recomendado mi gran amigo
Jesús Sanz, ilustre filólogo vallisoletano y gran degustador de las cosas
pequeñas y sencillas como el anís Machaquito – el que tomaba Tierno Galván – o
este turrón extremeño que me resultaba absolutamente desconocido pues la idea
del turrón me llevaba a Jijona y no hasta este pueblos pacense cerca ya de la
provincia de Córdoba. No se sabe muy bien de dónde proviene esta tradición,
pero se supone musulmana aunque hay también gentes que la llevan hasta los
romanos. Los turroneros de Castuera recorrían Extremadura y la Andalucía Occidental
llevando sus turrones y su viaje duraba desde la Feria de Abril sevillana hasta
la Navidad de ese mismo año. No sé si quedarán turroneros por los caminos de
Extremadura, pero me hubiera gustado conocerlos con su carga de turrón y de
alegría para la Navidad, esa fiesta en que todos nos hacemos un poco más niños
para entrar en el reino de los cielos en el que no faltan los turrones, las
peladillas y los polvorones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario