O moliço, en la ría de Aveiro,
hace referencia a unas plantas acuáticas que se recogían para usarlas como
abono en la agricultura. Los habitantes de la ciudad del duque de Aveiro, aquel
don José de Mascarenhas al que mandó matar el Marquês de Pombal del que ya
aviso que hablaré en otra entrada de blog tras leer el magnífico libro de José
Barata, lo recogían con ancinhos, es
decir, con rastrillos y se llevaba a la ciudad en barcos moliçeiros cuya proas y popas se decoraban con unas pinturas
encantadoramente naifs en las que se ridiculizan las situaciones del día a día.
Están construidos en madera de pino y tienen como medio de propulsión la vela,
la vara y la sirga. Hay que decir que, en la actualidad, os barcos moliçeiros
han quedado para paseos turísticos por los canales de Aveiro, la Venecia de
Portugal, y que esos medios de propulsión que hemos referido se han visto
sustituidos por motores fuera borda. Si vais a Aveiro, os recomiendo el paseo
en durante el cual el barquero os va contando información turística de la ciudad
de los ovos moles. Pero dos oves moles, ya hablaremos en otra
entrada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario