¡Qué ganas tenía de leer Marta y María de Palacio Valdés! Por fin, ha podido ser en estos días pasados. La novela tiene un arranque fabuloso: todo Avilés está escuchando cantar a María el aria de La Traviata, gran Dio, morir si giovine. No puede estar mejor elegida el aria (que se volverá a oír al final de la novela en el sueño que tiene el Marqués de Peralta) pues también María sufrirá, según el novelista, una especie de muerte para el mundo. No puedo contaros más. Tan sólo deciros que los personajes están muy bien trazados y, como muestra, ahí están Marta, la laboriosa, y María, la mística; el marqués de Peñalta, casi otro protagonista principal ( no en vano nos dice Francisco Trinidad en el prólogo que la obra en la traducción inglesa lleva el nombre del marqués). La edición está muy cuidada a cargo del ya citado especialista en Palacio Valdés, pero la afean multitud de erratas tipográficas que se podrían y deberían de subsanar en siguientes ediciones. Felicidades al Centro de Interpretación Armando Palacio Valdés de Laviana y que siga la edición de las obras del gran autor asturiano.
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