Siempre
que leo a Faulkner no puedo dejar de pensar en “Saza” cuando en esa película
mítica que es Amanece que no es poco
dice aquello de que “para lo que es Faulkner en este pueblo” cuando el
argentino ha tenido la osadía de copiar al escritor sureño. Esta bobadica viene
a cuento porque he terminado hace unos días Absalón,
Abasalón, esa maravillosa obra de arte que comienza comando Thomas Sutpen
aparece con su caballo bayo en ese olvidado poblado del condado de
Yoknapatawpha. Lo que sigue roza en lo
épico, en lo bíblico, en lo poético, porque la novela parece, a veces, como un
largo poema en prosa. Decir a estas alturas que Faulkner escribe bien es una
tontería. Intentar plagiarlo, otra tontería mayor. Yo ni lo intentaría aunque
algunos escritores de la literatura española ( no digo quién) lo han intentado;
sobre todo, para que no me detuviera
“Saza” y me tuviera que recordar lo que es Faulkner en este pueblo.
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