La
lectura de David Copperfield ha sido un placer que me ha tenido más de veinte
días capturado. Los personajes se me han ido metiendo poco a poco en el corazón
y ahora me parecen de la familia. Este libro es un libro con eso que ahora
llaman valores y que con cuya lectura uno sale mejor persona. Perdonadme, pero
no he podido evitar echar una lágrima cuando David, viudo de Dora, se acaba
casando con Agnes, su Agnes, la chica con la que no había entendido por qué no
se había casado desde el principio. Que Dickens escribe bien, eso es público y
notorio como dicen en el Tenorio y no vamos a descubrir ahora el mediterráneo,
pero frente a tantas sombras de Grey y de no Grey, hay que revindicar la literatura
grande de siempre, la de verdad. Y, por eso, os recomiendo este gran libro de
toda la vida.
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