Hay libros que desprenden una
poesía especial y uno de ellos es el Kalevala. Hasta él me ha traído Sibelius y
sus músicas de los bosque de Finlandia y ese blog fantástico que es Sibelius en España de un vallisoletano
amante del músico finés que se llama David Revilla Velasco y ésta es su
dirección por si queréis visitarlo:
Cualquier amante de Sibelius y de la música en general está
obligado a visitarla. Pero, como os iba diciendo, el Kalevala es una historia
mitológica preciosa y más en esta traducción que hizo ese escritor asturiano
que está pidiendo a gritos una revisión urgente, Alejandro casona, que, aunque
como el mismo confiesa en un gesto de honradez, lo traduce de una versión
francesa, deja su impronta der gran escritor y buen aficionado a las leyendas
tal y como dejó ver en su Flor de
leyendas, libro que debería ser de obligatoria lectura en ese bodrio que ya
dura treinta y cinco años y que se llama ESO. Casona nos va emocionando con
estas historias en donde los dioses recorren las heladas tierras de Finlandia.
y, al final, esa virgen que, curiosamente, también da a luz en un establo en un
lugar en donde hay un malvado rey que guarda un parecido con Herodes. Agustín
García Calvo, tan épico él, también la leyó y la comentó. Eso me da garantías
de que estamos ante una buena obra porque Agustín, muy citado ahora por los de
Podemos, pero nunca bien entendido y que dudo que militara en Podemos porque lo
suyo era su Comuna zamorana, tenía ojo literario.
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