Nadie
que visite el valle de Polaciones puede perderse los hermosos paisajes que
decoran tan impresionante valle, pero tampoco puede ni debe perderse la torta
purriega. Esta torta no es como las castellanas que son tortas de harina, manteca
y chicharrones, sino que se trata de una torta más al estilo de algunos postres
del norte de Europa en los que los ingredientes, chocolate incluido,
proporcionan alto valor nutritivo y gran durabilidad. Una torta purriega lleva, principalmente,
harina de trigo, mantequilla, azúcar moreno, un buen cognac añejo, nueces,
ciruelas pasas y uvas pasas. Todos ellos, bien macerados y bien curados como
los buenos libros de poesía, conforman la torta en sí que luego recibe una
cobertura de chocolate. Me ha sorprendido este postre tan contundente en el
hermoso valle de los purriegos por donde anduvo don José María de Cossío,
vallisoletano de nacimiento, pero cántabro de familia, con su casona en
Tudanca, buscando romances. Si alguien se pensaba que iba a hablar de Miguel Ángel
Revilla, ha acertado porque purriego es de nacimiento y de devoción pues lleva
a su valle por donde va. Su padre, don Ángel, eral el único vecino que tenía
radio en los años de la posguerra, tal y como cuenta la rabelista de Polaciones
Adela Gómez, una mujer que mucho sabe del folclore y de las tradiciones de este
valle singular que fue merindad durante la edad media. Pero eso para otro día.
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