En el
cante flamenco hay tres triángulos fundamentales: uno el que tiene sus vértices en Sevilla,
Cádiz y Ronda. En este primer triángulo, encontramos ciudades tan flamencas como
Utrera o Jerez. Un segundo triángulo del cante tiene por vértices Ronda, Málaga
y Granada; y , por último, el tercer triángulo flamenco, tienen por vértices
Ronda, que tal y como se ve es el epicentro del cante, Córdoba y Linares.
Nosotros nos vamos a ocupar del primer triángulo y vamos a parar en la ciudad
sevillana de Utrera. Este municipio sevillano de más de cincuenta mil
habitantes, es, además de lugar de referencia en la cría del toro bravo y de
las yeguadas que galopan por sus términos, una ciudad eminentemente cantaora.
Así, de memoria, se me viene Curro de Utrera, cantaor muy fino que se nos fue
hace poco, que, aunque nacido en este lugar sevillano, vivió en Córdoba y sentó
cátedra en los fandangos de Lucena. Está también Félix de Utrera, gran
guitarrista, que, curiosamente, nación en Canarias de familia utrerana. También
tenemos a esos dos monstruos del flamenco que son las hermanas Bernarda y
Fernanda de Utrera. Bernarda se nos fue en el 2009 y Fernanda tres años antes,
en 2006. Su cante está relacionado con otros gigantes como Mairena, el Hegel
del flamenco, Melchos de Marchena, Juan Habichuela, Pinini, Paco del Gastor o,
sin ir más lejos, Manuel Morao. Pero, al hablar de Manuel Morao, nos vamos para
Jerez y ése es otro lugar flamenco por los cuatro costados del que os hablaré
en otra entrada. Por cierto, que nieta de Pinini, el cantaor legendario que
había nacido en Lebrija y que murió en Utrera hacia 1930, era también Josefa
Loreto Peña, más conocida por Pepa de Utrera, nacida en 1926 y fallecida en
2009. Por si fuera poco y sin entrar en cantaores aficionados, en este real
sitio del cante, nació María Fernández Granados, hermana de José Fernández
Granados, Perrate de Utrera, a la que se conoció como María la Perrata. Esta
buena gitana fue madre, al casarse con Bernardo Peña, de Pedro Peña, gran
guitarrista, y de Juan Peña, el Lebrijano, para mí, uno de los mejores
cantaores, de firme y hermosa voz, en el siglo XX y en los comienzos del XXI.
Supongo que nadie en su sano juicio se atreva a poner en duda lo flamenca que
es Utrera en la que, por si fuera poco, se organiza ese festival flamenco que
lleva por nombre Potaje gitano de Utrera y que ya va, si no me equivoco, por la
sexuagésima nona edición.
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