Ana Pérez Cañamares ganó en el
2012 el premio Blas de Otero de poesía y, por curiosidad, me he acercado hasta
su poemario, moderno en la escritura, pero lleno de sentimiento también por los
desposeídos, por los que viven en los alfoces del mundo. Me ha gustado sus
maneras y prometo leer algo más de esta poetisa canaria que, al parecer, vive
en Madrid. No todo está perdido en la poesía cuando aún se pueden leer libros
como éste. Gracias, Ana.
GENERACIONES
Antes de morir, mi madre dijo mamá, ven
mientras me miraba sin verme;
yo dije mamá, quédate
abrazando su cuerpo diminuto
envuelto en pañales y olor a talco;
mi hija dijo mamá, no llores
y me acarició la cabeza consolándome.
mientras me miraba sin verme;
yo dije mamá, quédate
abrazando su cuerpo diminuto
envuelto en pañales y olor a talco;
mi hija dijo mamá, no llores
y me acarició la cabeza consolándome.
Cuando mama murió, durante unos segundos
no tuvimos muy claros los lazos que nos unían
no supimos quién se había ido
y quién se había quedado
ni en qué momento de nuestras vidas
estábamos viviendo
no tuvimos muy claros los lazos que nos unían
no supimos quién se había ido
y quién se había quedado
ni en qué momento de nuestras vidas
estábamos viviendo
o muriendo.
(De La alambrada de mi boca)
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