Severino
Boecio es un autor romano ya del siglo V después de Cristo cuya importancia es
mucha. Su Consolatio philosophiae,
compuesta en la cárcel al igual que santo Tomás Moro, es una obra clave como
puente de unión entre el saber grecorromano y las escuelas monacales en donde
se impartía el trívium y el quadrivium. De Boecio arrancan los
grandes escolásticos cuya cabeza más conspicua es Santo Tomás de Aquino. Pero
es que además de entregar a los escolásticos la terminología, los conceptos y
el método de trabajo, su Consolación de la filosofía ha sido
durante muchos años, al lado de libros como la Biblia, los de Séneca o los de
Marco Aurelio y el Kempis, el gran libro de meditación de monjes, príncipes y
gente de la literatura. Boecio viene de un verbo griego que significa ayudar y
eso es lo que ha hecho Boecio durante siglos: ayudar a quien necesitaba sus
reflexiones que recoge de la Filosofía, esa señora que se le aparece en la
cárcel. Un libro fundamental en la historia de la Filosofía.
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