viernes, 14 de diciembre de 2018

JUVENAL, VOTANTE DE VOX




Hacía tiempo que no leía a Juvenal y, al releer alguna de sus sátiras y recordar las otras, veo en este satírico romano el rechazo que tiene, “como romano de bien” por aquellos que él consideraba marginales, gentes que estaban “mancillando” la Roma eterna. Así, en sus sátiras, leemos sus quejas por la presencia de mauritanos en su barrio; sus lamentos porque los emigrantes invaden Roma y le “roban” sus derechos. ¡Hasta los homosexuales son objeto de las críticas del escritor que desea un regreso a la Roma de Augusto por aquello de que “con Augusto vivíamos mejor”! Este escritor, que era de Aquino, como más tarde Santo Tomás, adolecía de esa enfermedad que se manifiesta como rechazo al diferente, al distinto, al extranjero. Los inmigrantes vienen para quitarnos lo nuestro y, por tanto, construyamos una valla que les impida entrar; tampoco entiendo a los que no son como yo, hetero de toda la vida, que no hacen sino emponzoñar y emporcar mi barrio. Es, en definitiva, el miedo del ser humano  al  que  es distinto. Juvenal, de haber vivido en EEUU, hubiera votado sin problemas de conciencia a Trump o, si hubiera vivido en España, se habría hecho militante de Vox, como Fernando Sánchez Dragó, y hubiera predicado contra los moros, los negros y los sarasas. Como veis, el tiempo pasa, pero la mejora moral del ser humano es casi imperceptible. Hoy en día, muchos escribirían poemas como los de Juvenal, pero, por cobardía o por falsedad, se los guardan. Al escritor romano tenemos que agradecerle al menos su valentía por decir lo que piensa, pero, una vez expuesta su opinión, no podemos estar de acuerdo con él. Si los gobernantes romanos le hubieran escuchado, nosotros no estaríamos hablando en español y hablaríamos alguna lengua céltica. En el fondo, el miedo al diferente es el miedo a nosotros mismos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario