Seguimos
con el rey don Sebastián y, en esta entrada, quiero contaros como ya , en un
poema de 1554, el año en que nace el rey, pero , sin duda, escrito con
anterioridad al nacimiento del monarca, Inácio de Morais, en su poema Ad nacentem (sic) prolem Serenissimae
Ioannae, dice así:
Nascere, parve puer, solio
sessurus avito,
ductor Lysiadum: nascere, parve
puer.
Que vuelto al castellano, diría
así:
¡Nace, chiquitín, que te
sentarás en el trono de tus abuelos.
guía de los Lusitanos! ¡Nace,
chiquitín!
Este
sentido mesiánico del que va a ser el rey mesías portugués por excelencia, el
rey que se sigue aguardando para la proclamación del Quinto Imperio, es un
remedo de aquella archifamosa bucólica cuarta de Virgilio en la que se anuncia
el nacimiento de un parvus puer que
hasta no hace muchos años veían los filólogos un anuncio del nacimiento de
Cristo. Por cierto, que la serenísima Juana del título del poema latino no es
otra que doña Juana de Austria, hija del emperador Carlos, hermana, por tanto, de Felipe II que era tío del malogrado rey portugués. La historia,
en ocasiones, supera a las novelas.
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