domingo, 24 de septiembre de 2023

LAS VOCES NOTAS DE VIRGILIO Y LAS PARAULES DE MIQUEL MARTÍ I POL

 


 

Venisti tandem, tuaque expectata parenti

vincit iter durum pietas? datur ora tueri,

nate, tua et notas audire et reddere voces.

 

Viniste al final y  el amor a tu padre, que así lo esperaba,

ha vencido el duro camino? Se me concede, hijo, ver tu cara

y oír y hablar palabras conocidas.

 

         Estamos en el encuentro entre Eneas y su padre Anquises en el inframundo. El padre expresa la alegría por volver a ver a su hijo y le habla de las voces notas, de las conocidas palabras. ¡Qué finura espiritual la de Virgilio, Dios mío! El vate mantuano refleja aquí las conversaciones que tenemos pendientes con nuestros muertos, con esos que partieron y que se llevaron con ellos sus palabras porque, al igual que un paisaje se asocia a una persona, también las palabras son compañeras inseparables y, cuando la persona falta, sentimos el dolor de tener que guardar en un cajón esas conocidas palabras que hablábamos con él. Son palabras que se refieren a personas, a lugares, a vivencias que otros, por suerte aún vivos, no pueden entender por mucho que lo intenten y por mucho que se las expliquemos. Si pudiera hablar con mi padre, le hablaría de guitarras, de Peñalara, de la Fuenfría, de la calle de López de Hoyos, de Marín, del quiosco de Loli y del bar de Lino en Lapamán; si pudiera hablar con abuela Patro, recordaríamos las tiendas del mercado de Alonso Cano en donde ella, chamberilera por los cuatro costados, celebraba la kermés en su juventud de antes de la guerra; si mi conversación fuera con abuelo Luis, le preguntaría por Ibardin, por  Gorría, por la fábrica de Pasajes de San Juan en donde trabajó. Y así podríamos ir hablando tantas personas ausentes que llevan, en una misteriosa mochila, los recuerdos y las palabras porque es con palabras como recordamos. Freud decía que la amnesia infantil se producía porque el niño carecía del lenguaje para fijar los recuerdos.

         Miquel Martí i Pol, el grandísimo poeta catalán, lo dijo mucho mejor que yo:

         Nosaltres, ben mirat, no som més que paraules.

         ¡Ay, Virgilio, cómo duelen tus notas voces!

 

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