domingo, 31 de marzo de 2013

LA TEJEDORA DE SUEÑOS

Tendría que contaros tantas cosas de Enid Blyton que no valdría la pequeña entrada a la que tiene que ajustarse un blog. Tan sólo deciros que muchas tardes de mi infancia las pasé leyendo las aventuras de los cinco. Vamos a ver si recuerdo sus nombres: Julián, Dick, Ana, Jorge (que en realidad era una chica y se llamaba Georgina) y el perro Tim. Un día, llegó una visita un tanto pesada a casa y aquel niño que leía mucho porque era solo y no tenía hermanos con quienes jugar se zampó un libro completo. Cuando ese niño se hizo mayor, escuchó algunas estupideces sobre tan gran escritora que no quiere recordar ahora. Lo que sí afirma ese niño que ya se hizo mayor es que, algún día,  le gustaría visitar la isla Kirrin, irse con los cinco al cerro de los contrabandistas o recorrer media Inglaterra en un carro tirado por un caballo mientras Julián canta a voz en cuello (todavía me acuerdo de la expresión) alguna alegre canción. Que así sea.

MI SEÑOR FEUDAL EN LITERATURA

 No podía terminar este mes de marzo sin hablaros de mi señor feudal en Literatura, don Alvaro Cunqueiro, aquel escritor creador de mundos antes de que estuviera de moda el realismo mágico; aquel mago de las palabras que era capaz de hacer que Orestes habitara en un mundo soñado que se parecía mucho a su Mondoñedo natal; aquel hombre de un escribir culto, lleno de referencias al mundo grecolatino, a la edad media, al renacimiento … Don Álvaro fue un gallego para el mundo, pero el  mundo, secuestrado por otra literatura, quizás no lo supo entender. Para los que aún conserváis algo de buen gusto literario, os copio un poema suyo.
Díxenlle á rula:Pase miña señora;
E foise polo medio e medio do outono
por entre as bidueiras, sobre o río.
O meu anxo da garda, coas azas sob o brazo dereito,
na man esquerda a calabaciña da auga,
ollando a rula irse, comentóu:
-Calquera día sin decatarte do que fas dices: Pase miña señora¡
e é a alma tua a quen despides como un ave
nunha mañán de primavera
ou nun serán de outono.

 

LA LUZ LEVANTINA


 
Por Gabriel Miró siempre he sentido una gran devoción y fue de mis primeras lecturas. Recuerdo siempre con emoción y con gran gozo estético sus Figuras de la Pasión del Señor , Nuestro padre san Daniel ,  El obispo leproso,  El libro de Sigüenza, El abuelo del Rey y casi todo el resto de su obra pues hace unos años su lectura me llenaba muchas tardes. No lo recuerdo como un gran narrador, pero sí como un gran escritor. Sus obras son como una colección de diapositivas llena de la hermosa luz levantina. Probablemente ya no esté de moda, pero yo os lo recomiendo si gustáis de la buena literatura, de esa que no aparece en esa sección tan terrible de los suplementos literarios que son “los más vendidos”.


sábado, 30 de marzo de 2013

EL PROBLEMA DE LA HABITACIÓN DE RUY BELO


 
Desde que tengo este humilde blog, le debía a Ruy Belo, uno de los más importantes poetas en portugués del siglo XX, esta entrada. Hice una traducción de O Problema da Habitação que me publicó mi buen amigo Paco en su Editorial Sequitur. Si no lo habéis leído nunca, os lo recomiendo pues es un gran poeta. Como ejemplo de su poesía, os presento este poema que me parece de los más hermosos de él:

 
 
 
LA MANO EN EL ARADO

Feliz aquel que administra sabiamente
la tristeza y aprende a repartirla entre los días
Pueden pasar los meses y los años nunca le faltará

Qué triste es envejecer a la puerta
entretejer en las manos un corazón tardío
Qué triste es arriesgar en humanos regresos
el equilibrio azul de las extremas mañanas de verano
a lo largo del mar que nos transborda
en el demorado adiós de nuestra condición
Es triste en el jardín la soledad del sol
verlo desde el rumor y las casas de la ciudad
hasta una vaga promesa de río
y la vida pequeñita que se concede a las uñas
Mas triste es que tengamos que nacer y morir
y que haya árboles al final de la calle

Es triste ir por la vida como aquel
que regresa y entrar con humildad engañados muerte adentro
Es triste en el otoño llegar a la conclusión
de que el verano era la única estación
Pasó el viento solidario y no lo conocimos
y no supimos ir hasta el fondo del verdor
como ríos que saben dónde encontrar el mar
y con qué puentes con qué calles con qué gentes con qué montes convivir
a través de palabras de un agua ya dicha para siempre
Pero lo más triste es recordar los gestos del día siguiente

Triste es comprar castañas después de la corrida
entre el humo y el domingo en la tarde de noviembre
y tener como futuro el asfalto y mucha gente
y detrás la vida sin ninguna infancia
volviendo a ver todo esto un tiempo después
La tarde muere a lo largo de los días
Es muy triste andar entre la ausencia de Dios

Pero, poeta, administra la tristeza con sabiduría

RUY BELO
(Del libro ‘El problema de la habitación’.
Ediciones sequitur. Madrid, 2009.
Traducción de Luis González Platón.
Presentación de Pedro Serra)

 

 


miércoles, 27 de marzo de 2013

CARLOS AGANZO Y EL AMOR


UN POEMA DE AMOR

         Este poema de amor tiene mucha importancia para mí, pero tampoco lo voy a contar todo en mi blog como si fuera, que Dios no me tenga en cuenta lo que voy a escribir, un plató de Telecinco. Es un mix de varios poemas del entonces director del Diario de Ávila y hoy flamante director de El Norte de Castilla, Carlos Aganzo. Si no os gusta, le enviáis una carta al director.


Ya no me busques más, no les preguntes

por mí a las criaturas de la calle

y siéntate conmigo

y mírate en mis ojos

y reconócete de nuevo entre mis brazos,

que a tu lado me quedo,

que en tu corazón me instalo y me abandono,

porque yo también

tengo miedo a la intemperie y te necesito

arder de amor, arder en esta casa

hasta que pase el invierno

y sea de nuevo la luz en nuestra alcoba.

No me dejes mirar más el horario de los trenes.

Me quedo en esta hora de la tarde

en que el aire se abre a la frescura

y las espigas.

Me quedo en esta hora con los pájaros,

caminado hacia ti,

que esperas sin urgencia

sobre el mismo pretil del horizonte.

Amor es la única palabra

que no derriba el viento de las horas.

 

Carlos Aganzo

martes, 26 de marzo de 2013

MIS AMIGOS LOS RUSOS

EL JINETE DE BRONCE
Un pobre funcionario llamado Eugenio, en medio de la gran inundación que asoló San Petersburgo en 1824, pierde a su novia y, loco de dolor, se encara con la estatua del zar, el monumental grupo escultórico de Maurice Falconet. En su locura, cree que la estatua lo sigue y acaba en la isla de Goloday en donde encuentra el cadáver de su desgraciada novia. Un poema de Pushkin que destila alma rusa por los cuatro costados y que acabé de leer hace un par de días. Tan sólo por el fantástico exordio que es un canto a la ciudad baltica merece la pena acercarse hasta su texto. Os copio el comienzo del poema que podéis encontrar en Hiperión con traducción, notas y texto bilingüe de Eduardo Alonso Luengo. Ya sabéis de mi gran afición por la literatura rusa pues he publicado en este blog algunas entradas sobre escritores rusos y espero seguir publicando cosas de estos grandes literatos que escribieron y escriben en la santa Rusia que fue y ahora patrimonio de los grandes mafiosos y de multimillonarios horteras que posiblemente son la misma asquerosa cosa.
A la orilla de las desiertas olas
en grandiosos designios ocupado
se hallaba ÉL, mirando hacia lo lejos.
Ante sus ojos se ensanchaba el río
por el que un pobre esquife navegaba.
Aquí y allá cabañas miserables,
abrigo de los pobres finlandeses,
cubrían las riberas pantanosas,
y bosques ignorados por los rayos
de un sol siempre escondido entre la niebla
por doquier resonaban.

sábado, 23 de marzo de 2013

DESDE UNA TIERRA EN LA QUE HAY PALMERAS

 Gracias a mi compañera Elvira, he conocido la poesía de Maribel Tejero Toledo, una mujer de Castilla que, por razones de su profesión de maestra, recaló en aquellas tierras en donde sí hay palmeras, en la Andalucía luminosa de las tierras de Jerez. Desde allí, alejada de grupos y de camarillas, sigue escribiendo su poesía sencilla, pero hermosa, sentida y evocadora. Participó en unas tertulias literarias que se llevan a cabo todos los años en el pueblo segoviano de  San Benito de Gallegos y dejó huella con sus poemas que evocan el mar de pinares desde el mar gaditano. Os dejo un poema de su libro Deshacer la memoria.
 
Aquella mañana, el cielo gris
nos precedía.

Entramos en la casa,
íbamos recogiéndote
de todas y cada una de las cosas.

Íbamos arrancándote
de todas y cada una, cuidadosamente,
para no romperte más del todo.

Allí estabas, seguías…

Un silencio pesado, plomizo
se volcaba sobre nosotros,
como losa que impidiera
cada uno de nuestros movimientos.

Y llovía…

Idas y venidas,
e íbamos dejando algo de todo
lo que tú sellaste indeleblemente
marcado. Era el momento.

Y llovía…

Allí dónde viviste tus últimos sueños,
allí ,donde cada mañana
el sol venía a visitarte
acariciando los cristales,
todo era muerte.
Una enorme borra de muerte
lo cubría todo, anunciaba
que allí, en el sur,
cerca del mar, hace tiempo
que tú ya sabías que habías muerto.
.
.
.
.
 

martes, 19 de marzo de 2013

UN TEÓCRITO EN ASTURIAS


 
 
 
He vuelto a leer en estos días otra novela de don Armando Palacio Valdés, Sinfonía pastoral. ¡Qué bonita novela, un Idilio de Teócrito en las montañas asturianas! La historia es simple, pero la felicidad, el candor, la bonhomía se respira en cada página. ¡Hasta los guardias civiles son buenos y no hacen nada más que asustar a los recios mozos asturianos! Si Longo la hubiera leído, seguro que le hubiera gustado.  Las notas de don Francisco Trinidad son acertadísimas y su prólogo, un prodigio de conocimiento literario y de la tierra de Laviana. Ediciones como ésta del Centro de Interpretación de Palacio Valdés del Ayuntamiento de Laviana  hacen justicia a un escritor que parece estar injustamente olvidado o postergado por otras maneras de escribir que son tan válidas como la del escritor de Entralgo. Os la recomiendo si queréis pasar un buen rato y disfrutar del paisaje de las montañas de la cuenca del Nalón.

domingo, 17 de marzo de 2013

VELEROS EN EMPOPADA


 
 
 
 
Esta misma mañana he terminado de leer Olas y cantiles, el primer libro que publicó el poeta de Comillas, Jesús Cancio. Es un libro que, como decía Borges de la Odisea, cuando lo abres, te salpican las olas del mar. La edición de Cantabria tradicional está muy cuidada y hasta las letras son azules como el Cantábrico. Es un poeta muy poco conocido, pero merece la pena su lectura. Es como asomarse al mar y sentir los maretazos y ver los veleros en empopada. Es sentirse y sentarse frente al Cantábrico.

¿POR QUIÉN DOBLAN LAS CAMPANAS?


 
 
Unas muy cultas notas de Inés Mogollón al Réquiem de Guerra de Benjamin Britten han resucitado mi interés por John Donne, el gran poeta inglés. Había leído sus Sonetos y canciones y sus Elegías en la soberbia traducción de Gustavo Falaquera, un pseudónimo del gran Jesús Munárriz. Inés, saca a colación un fragmento de la meditación XVII, muy famosa porque sirvió para dar título a una nóvela de Hemingway. Pero lo de don Ernesto es otra historia y no me quiero desviar del tema. Si las queréis leer, las ha publicado en Ariel con prólogo de Vicente Campos y traducción de Ascensión Cuesta. Merece la pena este “diario de una enfermedad” que John Donne nos narra con su elegante prosa. El único reparo que le pongo es el título en castellano que es Meditaciones en tiempos de crisis , muy oportuno sin duda para los tiempos que corren, pero, según el poco inglés que sé, con poco que ver con el título original: Devotions upon emergent occasions. En fin, aprovechando que el Pisuerga pasa por Pucela…

Ahí os van los versos que tanta fama le dieron al escritor, boxeador, cazador y tomador de mojitos:

“Ningún hombres es una isla, completa en sí misma; cada hombre es un pedazo de continente, una parte del todo; si el mar se lleva un trozo de tierra, Europa mengua, como si fuese un promontorio, como si fuese la casa solariega de tus amigos o la tuya: La muerte de cualquier hombre me disminuye, pues soy parte de la humanidad. Y por lo tanto nunca ,mandes a nadie preguntar por quién doblan las campanas, pues doblan por ti.”

ULTIMA NECAT


Poco os he hablado de este poeta cordobés nacido en 1923 que, a decir de Jaime Siles., “es el poeta español más europeo del siglo XX. Es, además de un gran poeta, un gran traductor del francés cuyas traducciones marcan un antes y un después. Ya, en el otoño, leímos la magnífica traducción de Miloscz, el poeta lituano, que publicó en su día Ediciones Devnir. También tradujo de manara magistral a Saint John Perse. Pero ahora de lo que quiero hablaros es de su último libro, Ultima necat, un poemario que es el último, por el momento, de una producción  muy amplia. Si no se le conoce más, es porque Álvarez Ortega es ajeno a todo tipo de cenáculos y camarillas y lleva una producción poética digna y solitaria. Como muestra, valga este poema con el que se abre el ya citado poemario:

Era sombra al final del día, el oculto clamor de

una edad que con indolencia despertaba entre las pie-

dras de la casa.

 

Buscaba la imagen de un conjuro anterior, cuando.

el sosiego dejaba escrita su claridad en los cuerpos que

conocieron su gloria.

 

Residuo de una leyenda desleal, égloga perdida, su

vivir fue como si mi mal, con pasión, en él no hubiera

hecho su residencia.

 

Y así cayó cuando el tiempo acaba, estero de luto,

lágrima de un alma errante que se acoge a la gesta de un

oscuro naufragio.

jueves, 14 de marzo de 2013

BUTES



                                                            PASCAL QUIGNARD Y BUTES

         Butes es un personaje secundario en la mitología, pero de gran interés. Compañero de Jasón en la nave Argos, Butes, al oír el canto de las sirenas tiene  una actitud distinta de Orfeo: en lugar de ponerse a cantar como el héroe tracio para, en definitiva, evitar el canto animal de las sirenas y contraponer el canto racional, Butes se lanza al agua y se entrega a las mujeres pájaro. Lo cuenta muy bien Quignard, el culto y buen escritor francés, cuyas novelas, si es que se les puede llamar así, nunca nos defraudan y siempre nos sorprenden, en Butes, una muy buena lectura que nos ofrecen las ediciones mejicanas Sexto piso. A tener en cuenta.

        

miércoles, 13 de marzo de 2013

PALACIO VALDÉS Y EL IDILIO DE UN ENFERMO

      OTRA VEZ A VUELTAS CON PALACIO VALDÉS

            He terminado hace poco la lectura muy amena e interesante de El idilio de un enfermo del asturiano de Entralgo, Armando Palacio Valdés. Como todo lo suyo, me ha gustado bastante y me ha hecho pasar buenas tardes de marzo con la prosa limpia y “natural” del escritor de Laviana. Además, la edición del Centro Interpretación de Armando Palacio Valdés, con prólogo y notas de Francisco trinidad está muy cuidada aunque adolece de algunas erratas en el texto. Buen cuerpo de letra y buena presentación se añaden al cariño que ha puesto el editor en su obra. Me argumentaréis que el tema de la novela es muy tópico – el madrileño que se cura de sus males en las bondades del campo-, pero Palacio Valdés narra muy bien y lleva la novela hasta un final que tampoco esperamos. Os la recomiendo. De don Armando siempre se saca algo bueno, especialmente, ese optimismo y esas ganas de vivir que destilan sus novelas por no mencionar esa descripción tan conseguida del paisaje asturiano.

lunes, 11 de marzo de 2013

EL POETA DEL FRÍO


EL POETA DEL FRÍO


            He terminado hace un par de días la lectura de Arden las pédrdidas, el penúltimo libro de Antonio Gamoneda. Antes leí su Libro del frío, en aquellas tierras frías de Ávila en donde lo conocí en aquellos lunes literarios que organizaba el poeta José María Muños Quirós. No hace mucho también leí su último libro, Canción errónea, y, también en las tierras abulenses, la antología que publicó en tiempo Cátedra. Su lectura es encontrarse, como dice Saúl Yurkievich, con un verbo prieto y denso “como salido apenas del silencio para quedar con él, para volver a él ni bien se profiere, verbo como desprendido del erial, de la contemplación de un paisaje desolado, como nacido de la fría extensión para dejar su melancólica constancia del despojamiento (…) La poesía de Antonio Gamoneda tiene la desnudez de la existencia.” Toda una aventura que os recomiendo para estas tardes de marzo en que la primavera ya comienza a apuntar en los almendros del camino de Herrera. Y para empezar, os propongo el poema con el que se abre Arden las pérdidas:

 

La luz hierve debajo de mis párpados.

De un ruiseñor absorto en la ceniza, de sus negras entrañas

 musicales, surge una tempestad. Desciende le llanto a las

antiguas celdas, advierto látigos vivientes

 
y la mirada inmóvil de las bestias, su aguja fría en mi cora-
zón.

 

Todo es presagio. La luz es médula de sombra: van a morir

los insectos en las bujías del amanecer. Así

 
arden en mí los significados.

lunes, 4 de marzo de 2013

EUDORA WELTY


 
 
 
 
 
LOS CUENTOS DE UNA MUJER DEL SUR

         Ayer acabé la lectura de los Cuentos completos de Eudora Welty, una lectura para tomarla con clama, sin prisas, casi como se bebe un licor. Hay cuentos difíciles, pero la lectura de Welty es siempre apasionante. Eso sí, os repito que no tengáis prisa en acabarlos: eso iría contra el espíritu del sur. Como muestra de su estilo, os copio un párrafo:

Con el vuelo del pájaro las orejas del caballo de carreras se aguzaron, y los ojos de las dos monturas se inundaron de las tenues luces del atardecer, un instante después  se reflejaron también en los ojos de los hombres mientras miraban hacia el oeste en dirección a la garza, y todos los ojos parecieron imbuidos de una suerte de fiereza”

Eudora Welty. Cuentos completos. Página 306.

Ediciones Debolsillo. Barcelona 2010.