Tendría
que contaros tantas cosas de Enid Blyton que no valdría la pequeña entrada a la
que tiene que ajustarse un blog. Tan sólo deciros que muchas tardes de mi
infancia las pasé leyendo las aventuras de los
cinco. Vamos a ver si recuerdo sus nombres: Julián, Dick, Ana, Jorge (que
en realidad era una chica y se llamaba Georgina) y el perro Tim. Un día, llegó
una visita un tanto pesada a casa y aquel niño que leía mucho porque era solo y
no tenía hermanos con quienes jugar se zampó un libro completo. Cuando ese niño
se hizo mayor, escuchó algunas estupideces sobre tan gran escritora que no
quiere recordar ahora. Lo que sí afirma ese niño que ya se hizo mayor es que,
algún día, le gustaría visitar la isla
Kirrin, irse con los cinco al cerro
de los contrabandistas o recorrer media Inglaterra en un carro tirado por un
caballo mientras Julián canta a voz en cuello (todavía me acuerdo de la
expresión) alguna alegre canción. Que así sea.
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