¡Ya nadie se acuerda del pobre Meléndez Valdés! ¡Ya nadie se
acuerda de sus poemas anacreónticos porque ya no sabe ni el Titi quién era
Anacreonte y, finalmente, ya nadie se acuerda del pobre Meléndez Valdés porque
el mundo no está para finuras de “lunarcitos en la alba canal” y cosas así y,
hoy en día, los machos ibéricos van directamente al grano con o sin “control”.
Pero, aun sabiendo que leer y repartir los poemas de don Juan Meléndez Valdés
es como dar margaritas a los cerdos o jamón de pata negra, sigo y no cejo en mi
empeño de que estas nuevas generaciones sepan quién era este poeta extremeño y
que lo disfruten. Me da igual si para muchos la “alba canal” es el culo de la
dama porque, pese a tantas reválidas y tantas diversificaciones y tantos
PMARES, la cosa está como está y no hay más cera que la que arde; y a seguir adelante
con la bandera de poesía entre lo chabacano y lo zafio, contra Belenes Esteban
y Telecincos. Os dejo con un poema suyo y si alguien, tras leerlo, se siente
mal, que se ponga la televisión y que se vea como antídoto el Sálvame de Luxe.
Luego no digáis que no os he avisado. Acusado de afrancesado, se tuvo que
marchar de España: no se preocupe, don Juan, que, al paso que vamos, muchos
vamos a salir tras sus huellas.
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