Imaginad por un momento que el
hada Melusina, hija del hada Perusina, os llevara de la mano hasta la Edad
Media y que allí os fuera contando sus aventuras, sus amoríos, sus tristezas,
sus alegrías. Mientras nos lo cuenta, nos va tejiendo un tapiz maravilloso en
el que el Medievo se ve reflejado como en un espejo. A Mujica Láinez le pasa lo
que a Álvaro Cunqueiro, mi señor feudal en literatura, que se mete en la
fabulación tanto que parece que no puede salir. Manucho es barroco, es
impresionista, es prodigioso. Su prosa, que es para leerla muy despacio,
paladeando línea a línea, está llena de luces, de colores, de olores. Los fantástico
y lo real se confunden en unas tierras en donde los caballeros se encuentran
con hadas, con elfos o con seres mágicos y legendarios como el judío errante.
Gran novela esta de El unicornio,
quizás un punto por debajo del Escarabajo,
que fue la que leímos en mayo, pero de gran calidad aunque es más compleja en
lo que cuenta (lo aviso para los que no conozcan el estilo de Mujica Láinez). Bellísima
novela que no debe faltar entre vuestras lecturas de este verano.
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