De las cosas raras que he leído
este verano pasado la más rara es, sin duda, la peregrina teoría, ya apuntada
por otros en alguna otra ocasión, de que Parsifal era gay. Así, como lo oyen.
El casto necio salió del armario en su ópera homónima en el momento en que no
cedió ante los encantos de Kundry. En primer lugar, habría que decir que los
personajes son personajes y que, como tales, tan sólo conocemos una pequeña
parte de su vida. Parsifal rechaza a Kundry, pero eso es algo completamente
normal en alguien que había vivido en una completa inocencia que excluía
cualquier tipo de deseo carnal. El casto Parsifal no sabe responder ante los
estímulos de Kundry tan sólo porque no conoce el código, pues, educacionalmente,
estaba castrado. Seguro que los psiquiatras encuentran en sus consultas casos
de jóvenes con conductas semejantes a Parsifal y que, como él, han tenido una infancia con problemas físicos
en su aparato reproductor o con problemas psíquicos generados por mil causas que a veces no se llegan ni a
conocer. A Parsifal le pudo pasar en su infancia como al rey don Sebastián de
Portugal al que también se le ha hecho salir del armario, pero el pobre no
mantenía relaciones con mujeres porque, de pequeño, había sufrido en los
genitales unas curaciones muy dolorosas. Según Mercedes Fórmica, cuya estatua
ha retirado Kichi de las calles de Cádiz y que era una gran historiadora,
podría ser el Pastelero de Madrigal y , ante el hecho de que Gabriel de
Espinosa tuviera una hija que no cuadro con la neura de don Baltasar por el
sexo, argumenta que quizás, el mismo trauma de su herida en Alcazarquivir lo
pudo curar y ya en Madrigal era “hombre completo”. Pero me voy del tema con
esos excursus que tanto le gustaban a mi maestro don Antonio Ruiz de Elvira, y
tengo que deciros algo que considero que estos señores tan preocupados por la
sexualidad de Parsifal y que incluso, reflejando el personaje en el autor o
viceversa, también meten el armario a Wagner pensando que en la relación con Luis I de Baviera hubo “algo más que palabras”, y
no es otra cosa que Parsifal, sencillamente, quería conservar su castidad como
el casto José ante la mujer de Putifar. Y como tantos sacerdotes y religiosos
que se hacen eunucos por amor de Dios como dice San Pablo. Es curioso que en
esta sociedad que desborda de libertad sexual y en donde el ser hetero u homo
es una opción (¿Alguien puede elegir
su sexo?) no se tenga el más mínimo respeto por alguien que “opta” o elige la
castidad que sí que es una opción entre hacer o no hacer uso del aparto
reproductor. No creo que Wagner haya querido hacer un personaje Gary en
Parsifal, pero es tanta su grandeza que las lecturas son muy variadas. También
un día leí que El mago de Oz era una película gay y que todo Hollywood era un
inmenso invento del mundo rosa. Y luego dicen que algunos barremos para el
convento…
Como se nota que desconocen los misterios del sexo. La verdadera castidad se simbolizaba antiguamente de muchas formas, pero la verdadera castidad era oculta.
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