Alfonso
VIII es el rey que da nombre al hotel en el que
hemos pasado unos días en Soria. Y es que es normal que el hotel lleve
este nombre pues este rey castellano nació en esta ciudad en el año 1155. La
verdad es que Alfonso VIII es recordado por múltiples hechos entre los que
destacamos uno: es el rey que gana la batalla
de Las Navas de Tolosa, Pero también es el fundador, junto con Tello Téllez de
Meneses, del Studium Generale palentinum
que fue la primera universidad de España y que se acabaron llevando a
Valladolid. Don Alfonso, no contento con esto, fue el que reconquistó Plasencia
y esto es curioso porque él, nacido en la Extremadura castellana – Soria es “la
cabeza pura de Extremadura-, conquistó lo que, con el tiempo se conoció también como la “Extremadura castellana” que,
en un principio tan sólo se extendía por la comarca de La Vera y que, poco a
poco, fue extendiéndose, a medida que la Reconquista avanzaba, hasta lo que hoy
conocemos como Extremadura. Alfonso VIII también es muy recordado en la bellísima
ciudad cacereña de Plasencia en donde había un empalme de ferrocarriles razón
por la cual mi abuelo Luis, que bajó desde Salamanca con las tropas de Franco
(con perdón), llamaba a Plasencia “Plasencia-Empalme”. Y es que los aficionados a los ferrocarriles sabemos
que una estación es la de Plasencia – Ciudad y otra la de Plasencia – Empalme conocida
en la actualidad también como estación de Monfragüe por el Parque Nacional
extremeño. Pero volvamos a lo que estábamos tratando y digamos que este rey
castellano se casó con Leonor de Plantagenet, hermana de Ricardo Corazón de
León e hija de Enrique III y Leonor de Aquitania. Sin embargo, el regio
personaje se murió de unas fiebres en la población, perteneciente a la Tierra
de Arévalo, de Gutierre – Muñoz en donde los vecinos han tenido el detalle de
erigirle un monolito. Pero no descansa en este pueblito abulense, sino en el monasterio
de las Huelgas en Burgos, que fue fundación suya, junto con su querida Leonor con la que tuvo,
que se sepa, diez hijos pues la cifra exacta no se conoce. Es que los reyes de
antes tenían tiempo para todo.
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