En el
libreto de las sonatas completas para piano de Schubert, Wilhelm Kempff dice, en
alemán naturalmente, unas palabras que deberían ir en todas las partituras de
las sonatas de Schubert:
“La
mayoría de las sonatas de Schubert no deberían exponerse a la luz cruda de las
inmensas salas de conciertos puesto que se trata de confesiones de un alma muy
vulnerable y especialmente lo son los monólogos, tan dulcemente susurrados que
el sonido se pierde en la sala (Schubert nos revela en un triple pianísimo los
secretos más profundos).
Mejor
no se puede decir.
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