Creo que
con esta entrada voy a cerrar, por este año, los artículos sobre Aveiro. La verdad
es que escribir sobre tan hermosa ciudad portuguesa es segur con el corazón y
la memoria en sus rúas y hasta sentir un poquito el olor a maresía que inunda sus calles. Además de los huevos, de los barcos moliçeiros, de las salinas, de sus
monasterios, de su reina Juana y de sus anguilas, Aveiro es la capital de Arte
Nova (modernismo para nosotros) en Portugal. Sus calles son un catálogo vivo de
construcciones de Arte Nova que tiene su culmen en la conocida como casa Pessoa
que alberga el Museo de Arte Nova de Aveiro. Esta casa reúne todos los
elementos característicos del modernismo portugués que también pueden ser los
del modernismo español: aves, rejas, colorismo y un largo etcétera. Pero no
hace falta más que recordemos a Gaudí para que podamos ver que el parecido de
esta casa Pessoa y el Capricho comillense de don Antonio es grande y que ambas
construcciones tienen muchos puntos de contacto. Si vais a Aveiro, no dejéis de
visitar esta casa que alberga también
una casa de chá en donde se puede
degustar un exquisito té. De nada.
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