El profesor Atienza, en la
introducción al libro de Aresti que comentábamos en la entrada anterior, nos
habla de cómo el proceso nacionalista vasco, con Sabino Arana a la cabeza, surge
cuando llegan a las Vascongadas una población emigrante con otras costumbres y
con otra lengua. A la pujante burguesía vasca le interesaba que el "maketo"
fuera distinto porque le permitía pagarle menos cantidad, menos sueldo que al
paisano. Al maketo había que explotarlo y había que diferenciarlo no
permitiéndole el acceso al euskera, la lengua de la tribu. Es duro, pero, si lo
analizamos en profundidad et sine ira et
studio, hay mucho de verdad. En Cataluña, algo parecido ocurrió con la
separación, siempre ventajosa para los burgueses, entre los “charnegos” y los
catalanes de toda la vida. Lo curioso es
que en este nacionalismo que es claramente burgués en sus comienzos, a partir
de los sesenta, se mete la izquierda vasca y se convierte en izquierda abertzale
o nacionalista lo que, según hemos visto, es una contradictio in terminis. ¿Qué razones le llevaron a la izquierda a
unirse a una revolución burguesa y capitalista que contaba con el apoyo de los
sectores más radicales del clero? La respuesta es sencilla: la idea de que,
formando una "patria vasca", el marxismo podría triunfar y e
instaurar un régimen de tantas libertades como el soviético. Es decir que
capitalistas y marxistas se unieron con la única finalidad de hacer un Euskadi
libre de los “ocupadores imperialistas”. De ahí que un partido católico y de
derechas como el PNV recogiera las nueces que le sacudía la izquierda vasca y,
por qué no decirlo, ETA que nunca fue una banda "fascista" sin una
banda de extrema izquierda que quería imponer en el País Vasco un régimen de
“libertades” al estilo de Stalin. Por eso, confundir a ETA con la libertad, es uno de los
grandes errores de los "patriotas vascos". Si ETA hubiera conseguido
ese estado idílico vasco ( al estilo de Stalin, con sus purgas y crímenes) los
señoritos de la margen derecha del Nervión no hubieran quedado bien parados,
pero los "caballeritos de Guetxo" tuvieron ( y tienen la caradura) de
aprovecharse del nogal. Que gentes como
Otegui y como Arzallus marcharan juntos siempre ha sido algo que me ha hecho
sospechar.
Pero ya metido en harina, vemos que
algo muy similar ocurrió y ocurre en Cataluña. El nacionalismo catalán es burgués
y católico ( de ahí lo desorientados que andan la Iglesia catalana que si es
católica no puede ser nacionalista), pero, llegado un momento, la izquierda vio
la posibilidad de sacar tajada y esa es la razón que gentes como Rufián coincidan en los fines con
Torra o Puigdemont.
Pero es que además, la izquierda
catalana y vasca sirvieron para atraer a los hijos de los maketos y de los charnegos
que, luchando por Euskadi o por Catalunya, se venía integrados en la
"patria" que quería tener a sus padres como emigrantes enviados por
el Caudillo ( esas chorradas se han llegado a decir, la Mare de Deu) como
trabajadores a los que, como hemos dicho antes, podían pagar menos porque
" no eran de la misma casta".
El nacionalismo, salvo el defensivo
como fue el gallego cuyo origen ya trataremos, es siempre provinciano, es un
fenómeno de jocs florals de poca
monta, es el decir que el ocaso en Palamós es mejor que el ocaso de Almería. o
que el de Fisterra.
Los que me conocéis, sabéis que mi amor
por el vasco y por el catalán es muy grande, pero es que una cosa es el amor a
una lengua y otra que nos tomen por tontos.
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