jueves, 31 de enero de 2019

FRANCISCO GARCÍA PAVÓN Y SU JARDÍN DE LAS BOINAS


Francisco García Pavón, nacido en Tomelloso como su personaje Plinio, fue un gran escritor. De él me hablaba mucho mi buen amigo José María, el sabio de Ávila, que me recomendaba los casos de Plinio en aquel Tomelloso que tan bien supo retratar don Francisco. Nadie como él ha pintado el paisaje manchego con esa soledad del campo al que abandonaron los muchos emigrantes (migrantes los llaman ahora) que se marcharon a las grandes ciudades. En su Cuentos republicanos, echa el resto como escritor, pero en estos cuestos de El jardín de las boinas, muy elogiado por el ya citado José María, no veo tanto al buen escritor como al narrador de unas anécdotas algo casposas y de humor un tanto grueso. Vamos,  que parecen chistes para señoritos en un casino manchego. Sin embargo, que nadie se alegarme porque don Francisco García Pavón, padre de Plinio, el guardia que llevaba en sus botones las iniciales GMT, es decir, Guardia Municipal de Tomelloso y no Greenwich Mean Time, pese a estos jardines extraños, es de los mejores escritores que movieron su cálamo en el siglo XX español.

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