Nace Marcial
del Adalid en La Coruña en el año 1826. Diez años antes, en Polonia, había
nacido Chopin, el gran referente para este gran compositor gallego. Cuando
tenía dieciocho años, Marcial se marchó a París por ver si podía estudiar con
Chopin, pero no fue posible. Marchó para Londres en donde si bien no encontró
al gran músico polaco, sí que encontró a Ignaz Moscheles, músico bohemio, amigo
de Mendelssohn y discípulo de Beethoven. Mucho aprendió con él el coruñés y, no
contento con este aprendizaje, se volvió a París en donde parece, pero no se
sabe con certeza que recibió lecciones del propio Franz Liszt, el pianista más
famoso de la época., el que las multitudes se disputaban. Regresó a España y se
estableció en Madrid en donde escribió una ópera, Inese e Bianca, con libreto en italiano de Achille de Lauzières;
con su ópera debajo del brazo, regresó a París en donde intentó estrenarla sin
éxito. Se volvió a su pazo de Lóngora, en Oleiros, (La Coruña) y allí, muy apartado
del mundo musical, Marcial del Adalid se dedicó a la música dejándonos una obra
de gran delicadeza que bebe de Chopin, pero que no lo imita. De su pluma salieron
Baladas, Impromptus, Nocturnos, Scherzzos y Veinticinco poemas gallegos en los que puso música a poemas
de su mujer, Fanny Garrido, de la que
hablaremos en entrada aparte porque esta poetisa gallega muy poco conocida se
lo merece con creces. Murió en su pazo de Lóngora con tan sólo cincuenta y
cinco años, en 1881. El pianista de
Villaviciosa de Odón, Mario Prisuelos, le ha dedicado un disco fabuloso entre cuyos
temas os propongo escuchar su Lamento, una balada pata piano hermosísima que
demuestra la gran calidad del músico gallego. Si queréis oír a Mario Prisuelos, podéis pinchar en este enlace.
https://www.youtube.com/watch?v=Gt5nm9EIohs
https://www.youtube.com/watch?v=Gt5nm9EIohs
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