viernes, 13 de mayo de 2022

CONSTITUIR, DESTITUIR Y PROSTITUIR O CÓMO HABLA MARGARITA ROBLES CON SU LENGUA DE MADERA

 


                A raíz de las palabras de la ministra Margarita Robles cuando hablando del cese de Paz Esteban dijo que no era una destitución  sino una sustitución, vamos a analizar en detalle algunas palabras que provienen de una misma raíz.

         La raíz más primigenia está en la forma indoeuropea *sta (estar de pie,  estar erguido) que da en griego ἵστημι con el significado muy parejo de “poner en pie” o “colocar” y en latín stare que es el verbo que da nuestro “estar”. Este stare está en la base (nunca mejor dicho) de las  estatuas que generalmente, salvo en épocas revolucionarias, están de pie. Siguiendo con la raíz indoeuropea, tenemos en latín statuere al que vamos a ir poniendo algunos prefijos para que nos vayan resultando palabras de mucho uso en nuestra lengua.

         Por ejemplo, si a statuere le añadimos cum-, el resultado es constituere que tiene el significado  de fundar, poner las bases que es lo que se hace en una constitución: se le pone las bases al estado. Si le ponemos el prefijo de- (una preposición latina que, usada como prefijo, tiene un significado privativo pues de- formis es el que no tiene forma) hacemos que lo que estaba en pie (statuere) se convierta en destituere que significa dejar o abandonar. Destituir es,  pues,  hacer que alguien abandone un cargo;  literalmente “ dejar de estar en pie”. Por cierto que este verbo es transitivo y por tanto le podemos y debemos poner un complemento directo: Destituyeron a Antonio. En otra entrada veremos que este complemento directo es imposible con cesar al ser este verbo intransitivo.

         Si seguimos con nuestro statuere y le ponemos el prefijo in-, nos encontramos con instituere con el sentido de fundar o instituir y de ahí vienen nuestros institutos. Los romanos tenían la expresión instituere vestigia pedis, es decir, poner las planta de los pies en el suelo que es lo que les falta a nuestros políticos.

         Claro que también, y ya metidos en harina, podemos poner la preposición pro- (preposición que significa “ en lugar de” pero también  “poner al frente”) y entonces nos resulta prostituere que no hace falta saber mucho para darse cuenta de que el resultado es “prostituir”. La prostituta es la mujer que “se pone por delante”, o  “se la pone por delante” para ser vendida en público. También los profesores compartimos esta preposición con las prostitutas pues somos los que pro- fateri, los que confesamos por delante. La verdad es que eso era antes: ahora, los profesores “confesamos” cuando y donde nos dejan nuestros alumnos.

         Así pues,  es menester saber aplicar con sabiduría y conocimiento estos prefijos porque no es igual que te constituyan, te sustituyan, te destituyan o te prostituyan.

         Como colofón y clase gratis para Margarita Robles decir que no puede existir una sustitución (poner a alguien en lugar de otro) si previamente no hemos destituido (hemos hecho que dejara el cargo) el que lo ocupaba.

         En fin, ya sé que estas cosas no van a ninguna arte y que los políticos seguirán con su langue du bois que es como llaman nuestros vecinos franceses a decir pero no decir. Mas, si os parece, lo de la “lengua de madera”, al igual que lo de cesar,  lo dejamos para mejor ocasión.

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