Cada
año pasa lo mismo: miles de hectáreas quemadas en España. Y el fuego no se
prende solo. Más que en pedir responsabilidades (que también) y sacar “tajada
política”, deberíamos preguntarnos cui
prosunt incendia in Hispania, es decir, ¿a quién favorecen los incendios en
España? Ya está muy gastado el cuento de que las grandes beneficiarias son las
empresas madereras o qué las empresas constructoras aprovechan los suelos
calcinados para forrarse con urbanizaciones. No digo que no, pero creo que
tendríamos que echar un vistazo a unos datos antes de buscar a quién están
beneficiando realmente los incendios en España. Vayamos por partes.
Lo primero, decir que la extinción de
incendios está, en su gran mayoría en manos de empresas privadas que necesitan
los incendios para hacer su negocio. Esto es así porque muchas Comunidades
Autónomas consideran que con las empresas privadas es más barato apagar los
fuegos, pero creo que, ante todo, puesto que es algo en que “se nos va la vida”,
pues vida son los montes, es decir que
debería ser la extinción de incendios un servicio público. Hace muchos años,
cuando yo era pequeño, los hidroaviones del Icona sobrevolaban Galicia
arrojando agua sobre unos incendios cuyo origen era tan oscuro como los de
ahora y en los que había intereses políticos. Alguien, en Galicia, llegó a
decir que la ETA gallega eran los incendios forestales. Sin embargo, en la actualidad,
dieciocho empresas se reparten la tajada de los fuegos por todo lo ancho y
largo de España. Estas empresas se suelen reunir todos los años en una comida
para “repartirse” los incendios de España pues un incendio forestal genera
grandes beneficios. No contentas con España, estas empresas “consiguen“ contratos
en Portugal, Italia o Chile. Un negocio redondo. Es más, empiezan a ser
conocidas como “el cártel del fuego”.
Los gastos que generan los incendios
son impresionantes: WWF calcula que, en España, se destinan anualmente 1.000
millones de euros para la extinción de incendios y se viene calculando en unos 6.000
euros por hectárea lo que cuesta apagar las llamas. Por supuesto que no recojo
aquí el gasto irreparable de vidas humanas o daños en viviendas o daños
morales, ecológicos o paisajísticos porque esos son absolutamente
incuantificables. Pues pensemos que gran parte de ese dinero se destina a pagar
a las empresas que tienen repartido el territorio nacional.
Tengamos en cuenta que el 96 % de los
incendios son INTENCIONADOS y que por tanto la historia de que un pirado ha
prendido un monte se justifica en muy pocas ocasiones. Lo siento, pero detrás
de un altísimo número de incendios está la mano negra de un humano que lleva el
mechero y la mano aún más negra del que
se lo entrega.
Perdonad, pero el asunto está más que
claro. Si alguien vive de algo y además vive muy bien, es imposible quitarle el
negocio y hay dieciocho empresas que viven sicut
Deus gracias a los montes que cada año arden como la yesca en una España
cada vez más desertizada. Hubo, en su día, una investigación judicial sobre las
empresas que se forran (literalmente) viendo como arden los bosques españoles y
que, quizás, sentados como Nerón , tocan una lira que les debería explotar en
las manos.
Sé que de nada vale esto que he escrito
porque seguirá habiendo incendios, se seguirá culpando de ellos al cambio
climático (en parte con razón), al ambiente seco de los estíos de España y
hasta el pirómano que necesita más de tratamiento psiquiátrico que carcelario.
Mientras, seguimos (interesadamente) buscando culpables, las empresas del
"cártel del fuego” se reparten los pingües beneficios. Cui prosunt in Hispania incendia?
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